Los trastornos de la conducta nutricional son manifestaciones de una situación emocional base que pueden manifestarse de muchas formas.Las alteraciones en la ingesta manifestada por el alto y bajo peso son las más representativas.
Recordando que la Nutrición es un concepto más amplio que la alimentación, deducimos que es imposible nutrirse sin alimentarse, pero que es perfectamente posible, aunque insuficiente desde un concepto amplio de Salud, alimentarse sin nutrirse.
La Bulimia y la Anorexia muestran que como Desórdenes de la Conducta Nutricional (DCN) , al renunciar conciente o inconscientemente a Nutrirse, los enfermos dejan de alimentarse como único camino posible.

La anorexia y la bulimia son patologías de una misma etiología.
En ambas distinguimos una tendencia a la autodestrucción, manifestada de diferente forma.
En la anorexia distinguimos la necesidad compulsiva de alcanzar un peso determinado mediante la restricción en el consumo de alimentos, y en la bulimia el descontrol en la ingesta seguida de un impulso incontrolable de revertirlo.
A pesar de ser manifestaciones en apariencia opuestas las patologías de base se muestran iguales, identificándose por una tendencia del paciente a destruir su propio cuerpo, alternada con estadios de profunda culpa.
Podremos acordar que la personalidad de estos pacientes se manifiesta de dos formas diferentes mediante:

1. Una Actitud de Muerte, que lo impulsa hacia la autodestrucción en avance. 
2. Una Actitud de Vida, que lo lleva a continuar viviendo , en retroceso, mientras intenta la destrucción.

Ambas confluyen en una única búsqueda perversa: la destrucción del cuerpo real por falta de alimento. A medida que avance el tratamiento esta tendencia revertirá en el placer por la comida por sí misma, permitiendo el saludable Placer que proporciona el Instinto de Vida. Esta tendencia de muerte debe ser interpretada como una vivencia de vacío, una falta de sentido que es compensada con una fuerte vocación hacia elementos de la realidad externos a la persona. 
.Los estímulos y asociaciones, durante la primera etapa de enfermedad de estos pacientes, son rígidos y estables. El paciente sólo responde a un mismo conjunto de estímulos y asociaciones, y no es afectado por factores externos o recientes. En términos generales podemos decir que sólo responde a estímulos primarios y a asociaciones históricas.
Dado que la finalidad del tratamiento es revertir la búsqueda perversa conduciéndola al placer del alimento por si mismo, eliminando la actitud de muerte, podemos utilizar estímulos secundarios leves, con sus correspondientes asociaciones condicionadas, para fortalecer la actitud de vida.
En estos pacientes, una parte de su personalidad (su resto sano) sabe que debe comer y que algunos alimentos son agradables, pero cuando comen, sienten la culpa de no haber sido fieles a su propósito de autodestrucción, que creen absolutamente válido y necesario, similar en alguna medida al paciente con sobrepeso (al individuo le gusta comer), pero con consecuencias diferentes.

Cuando pretendemos forzarlos a comer «lo que deben y cómo deben», lo único que estamos haciendo es obligándolos a vivir. Ante ésta situación contraria a sus deseos, el paciente puede intentar nuevas alternativas de autodestrucción o manifestar síndromes de difícil diagnóstico diferencial, que serán tratados de acuerdo al diagnóstico elegido y que suelen enmascarar los síntomas de la patología de base.

En pacientes con DCN no destructivo, la comida tiene, en general, asociaciones placenteras.
En los pacientes con DCN destructivo, el alimento no reporta ninguna satisfacción, porque no es asociado a hechos pasados placenteros y los estímulos que conducen a esas asociaciones son en su mayoría primarios. En cambio sí es concebido como una herramienta eficaz (por su negación), para conducir a la muerte.
Como estos pacientes sostienen que sus vidas no son importantes, ni siquiera son eficaces aquellos estímulos externos que puedan asociarse a momentos placenteros.
Por ejemplo: unas buenas vacaciones pueden hacer que una persona comience a comer cebolla, alimento que antes no consumía (relación estímulo secundario-asociación). En los pacientes con DCN destructivo, ni siquiera existen unas buenas vacaciones, ya que en el mejor de los casos, sentirá que no son merecedores de ellas o, simplemente, que no son necesarias.

Es necesario comprender que la Anorexia y la Bulimia NO son Alteraciones de la Conducta Nutricional por si mismas (aunque seguiremos denominándolas de ese modo), sino que son síntomas o manifestaciones de un cuadro de base y subyacente que debe ser tratado para eliminarlas. 
Este tipo de pacientes utiliza los DCN como un camino posible según sus recursos, para la autodestrucción.

Datos del autor
Asociación Argentina para la Prevenciòn de los Trastornos de la Conducta Alimentaria 
www.iacn.com.ar

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