Según un relevamiento de la Defensoría del Pueblo de la ciudad y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), en 2004,  se registraban casi 350 más dentro de la red de subterráneos. Se cree que hay un mínimo de una por estación.

Dicen que las antenas puestas en el subte las más peligrosas, ya que en sus túneles se da una sinergia entre varios factores. No es sólo la radiación, sino además el hecho de que está adentro de la jaula que es el túnel y es eléctrico, por lo que produce campos magnéticos y campos eléctricos.
La mayoría de las veces las áreas de cobertura de las antenas se superponen -porque cada compañía tiene equipos propios .Esos espacios son  denominados “puntos calientes”.
“¿Qué pasa si un vecino vive en medio de dos antenas? En definitiva es un horno de microondas”, se deben medir las emisiones y coordinar a las empresas para que compartan las antenas.
Para Lilia Garcén, arquitecta especializada en desarrollo urbano, actualmente existen “muchos problemas entre lo que las normas permiten y lo que el cuerpo humano soporta”, y citó como ejemplo que “nuestro país permite 100 veces más que Suecia con respecto a las emisiones del campo electromagnético”. 

“Para la gente que está de paso en un lugar afectado no es tan dramático, pero el quiosquero que está abajo del subte, rodeado de antenas, se quema. Todo el tema está muy alterado. Hay mucha información que no todos conocen y la cuestión no está reglamentada”
También argumentó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) “cada cinco años va postergando por cinco años más la definición de los límites de las radiaciones”, lo que implica que el resto de los organismos no se declaran firmemente acerca de la cuestión.

Informe de Todo Salud 
Fuente: www.telam.com.ar

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