Adolescentes en crecimiento

Como toda etapa de transición, la adolescencia implica cambios, ¿pero cómo o cuándo es correcto que sucedan esos cambios? Desde la primera depilación hasta el cambio de médicos, qué tomar en cuenta a la hora de atravesar esta etapa con los adolescentes.
La primera visita al ginecólogo: Las niñas que no han iniciado sus relaciones sexuales deben concurrir al control con el pediatra 1 vez por año, quien realizará el examen físico, incluyendo los genitales. Es recomendable que sea el pediatra con quien la familia y la niña ya tienen lazos creados quien realice esta evaluación. Aquellas adolescentes que ya hayan iniciado sus relaciones sexuales, además de los controles mencionados, deberán concurrir al ginecólogo anualmente para un examen más profundo con Colposcopia y realización de Papanicolaou.
El cambio pediatra-clínico: El pediatra tiene las herramientas necesarias para acompañar al adolescente y su familia, tanto durante las enfermedades propias de esta edad como en aquellas situaciones donde es importante detectar factores de riesgo que permitan conductas anticipatorias y preventivas.
La primera depilación: La oportunidad para que las niñas inicien la depilación depende de la cantidad de vello y de la percepción que la nena tiene con respecto a este tema. Si no es un problema se puede introducir el tema y brindar paulatinamente la información.
Si la hipertricosis (crecimiento excesivo del vello) es importante y existe compromiso emocional, o percepción de situación problemática se pueden elegir distintos métodos. El método inicial es la decoloración, se debe tener en cuenta que nunca hay que superar el tiempo de exposición recomendado del producto.
Primer afeitado: Las mismas consideraciones de la depilación en las chicas, deben tenerse con los varones. Se debe tener en cuenta si el niño presenta percepción de molestia. Generalmente la necesidad de afeitarse surge entre los 14 y 16 años, con la aparición de la sombra del bigote y los pelos en la barbilla. Se recomienda la utilización de hojas de afeitar nuevas, no compartirlas, uso de espuma o jabones neutros para afeitarse y no utilizar lociones para después del procedimiento. Se debe prestar especial cuidado a las zonas con acné, que no contraindica el afeitado pero debe observarse ya que en esta etapa aumentan las posibilidades de infección.
Levantamiento de pesas: Con respecto a las prácticas deportivas es importante tener en cuenta que el objetivo de cualquier actividad física es en la mayoría de los casos de recreación. Se desaconseja la competencia profesional hasta los 16 años. No se recomienda la práctica de pesas hasta haber finalizado la pubertad. Asimismo, no debe exceder en más de 15 horas semanales la práctica deportiva. Es necesario que conozcan y utilicen todos los elementos protectores según el deporte. Es importante que los adolescentes y sus padres conozcan los efectos perjudiciales del consumo de anabólicos.
Usar tampones: La utilización de tampones no tiene una limitación por la edad o el tiempo transcurrido desde la menarca.
Pero es importante conocer ciertas recomendaciones:
-Los tampones no afectan la virginidad.
-Siempre requiere de lavado de manos previo a la colocación.
-Deben estar perfectamente colocados para que no se salgan y no provoquen molestias.
-No deben usarse por más de 4 horas seguidas.
-No se usan de noche.
-Deben reservarse para situaciones particulares, para todos los días se prefieren las toallas femeninas.
-Una causa frecuente de infección vaginal es el olvido del tampón.
Se deduce de estas recomendaciones que los tampones pueden ser utilizados por las niñas cuando están madurativamente preparadas para cumplimentar con todos estos requisitos, y deben ser acompañadas en este proceso en el que pueden tener dudas.
La adolescencia de los hijos es una etapa que también nos pone en crisis a los padres.
Es importante tener confianza en el trabajo que ya venimos haciendo como padres todo este tiempo. Solo debemos cambiar la forma de protegerlos y la manera de relacionarnos, debemos estar alerta y enseñarles el cuidado de su propio cuerpo, debemos manejarnos con un poco más de distancia física quizás pero afectivamente más cercanos, para que puedan independizarse saludablemente, incorporando el autocuidado.
Sobre la autora
Dra. Alejandra Lafont
Jefa del Servicio de Pediatría de Fundación Hospitalaria
M.N. 81988
www.fh.org.ar

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