Mano sosteniendo zeolita, desintoxicante natural

La zeolita es un activador del sistema inmunológico, limpia la sangre, el sistema linfático, el sistema glandular; limpia y activa el sistema celular y es efectivo en la estabilización de todos los sistemas funcionales del organismo.

Muchos de nuestros problemas de salud son causados, sin que lo sepamos, por las toxinas y metales pesados presentes en nuestro organismo. Las toxinas presentes en nuestro cuerpo, son aquellas derivadas de los desechos tóxicos producidos por los malos hábitos alimenticios y la carga de estrés emocional. Por otra parte, la industrialización y los avances tecnológicos en materia de síntesis química, han generado un grado tal de contaminación que hoy podemos decir que vivimos inmersos en una inmensa sopa química artificial.

Fuera de casa somos víctimas de las emanaciones del tráfico y de los procesos industriales, a los agroquímicos y pesticidas de la agricultura intensiva.

A nivel domestico, somos bombardeados por los tóxicos de los aerosoles, los adhesivos, los acondicionadores de aire, el cloro, pinturas, plásticos, plomo, insecticidas, productos de limpieza e higiene personal, cosméticos. Estas son las fuentes de contaminantes que nos esperan en el hogar. Otros viajan con nosotros durante el día, como los cosméticos y los materiales odontológicos.

La mayor parte de esta carga tóxica, se concentra en los fluidos del cuerpo, como la sangre, la linfa y el líquido extracelular. Otra parte se deposita en los órganos y sobre todo en el sistema nervioso (el mercurio por ejemplo). Un ejemplo de la convivencia cotidiana con las sustancias toxicas es el siguiente: Aluminio: nos llega en los antiácidos que usamos, en los medicamentos, en la levadura de repostería, utensilios de cocina, desodorantes, cosméticos y en latas. Arsénico: nos llega en los pesticidas, el smog, humo de tabaco, protectores de madera, pigmentos en juguetes, cortinas y alfombras. Cadmio: pilas, combustión vehicular, soldaduras, esmaltes cerámicos, fungicidas, plásticos, pinturas, fertilizantes. Mercurio: amalgamas dentales, vacunas, medicamentos, pinturas, pesticidas, pescados, fluorescentes, suavizantes de ropa, adhesivos, fungicidas. Plomo: pinturas, combustión vehicular, municiones, tinturas de cabello, pilas, gasolina.

La zeolita es segura y extremadamente eficaz. Equilibra además el pH del cuerpo al evitar la dispersión de iones ácidos y tiene un demostrado efecto antioxidante e inmunoestimulante. Se trata, por tanto, de un suplemento totalmente natural y no tóxico, ideal para uso seguro a largo plazo. La particularidad de la zeolita es su carga eléctrica negativa, con lo cual atrae metales pesados (mercurio, plomo, cadmio, arsénico, etc.) y toxinas, que habitualmente poseen carga positiva. La carga negativa también ayuda a la distribución de minerales útiles (calcio, sodio, magnesio, fósforo) y del ácido generado por los iones de hidrógeno (de allí que se lo considere un buffer del pH o un tampón alcalino). El poder quelante de la zeolita está basado en su capacidad de discriminar entre moléculas útiles y tóxicas; se une fácilmente con los metales pesados y tóxicos (generalmente pequeños y eléctricamente muy cargados) y tiene escasa o nula afinidad con las estructuras útiles (más grandes, livianas y con carga débil). Esto explica que la zeolita pueda quelar moléculas tóxicas como el arsénico (diámetro 1,8 Ä) y en cambio no actúe sobre moléculas de minerales útiles como el potasio (diámetro 2,8 Ä). Una vez cumplido su objetivo (captar elementos nocivos), la zeolita cargada de sustancias tóxicas abandona rápidamente el organismo, sin dejar señas. La zeolita ayuda a: equilibrar los niveles de pH, combatir los virus comunes, reducir el reflujo ácido, combate el asma, reduce los síntomas de alergias y regula los niveles de azúcar en la sangre mediante la absorción de la glucosa.

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