Hombre viajero reflexionando mirando al mar

¿En verdad tenemos el poder de libre voluntad, o la libre voluntad tiene poder sobre nosotros?

Yo diría que tenemos el poder de libre elección pero no el de libre voluntad. ¿Pero sabemos qué parte de nosotros es la que elige? ¿Esa parte sabe cómo tomar las mejores decisiones? No lo creo. Estamos adormecidos, funcionando por completo en piloto automático, permitiendo que nuestros programas elijan por nosotros. Hacemos esto a nivel subconsciente, pero en realidad no tenemos ni idea de lo que hacemos. Creemos que controlamos la situación, pero no es así.

Nuestras elecciones se basan en experiencias pasadas, memorias y programas (creencias, opiniones y juicios de valor) que han sido descargados a lo largo de nuestra vida.

¿De qué manera fueron estos programas descargados a nuestras mentes subconscientes (nuestro banco de datos)?

No sé si crees en las vidas pasadas, pero en Ho’oponopono, se cree que la mayoría de éstas memorias se descargan desde otras vidas y que nacemos con la mayoría de ellas. También se descargan cuando nacemos y tomamos ciertas decisiones relacionadas con cómo hemos de vivir esta vida, o cuando somos niños y nos sucede algo traumático, o tal vez por repetición (lo oímos tantas veces).

El origen de las memorias y los programas no es muy importante. Lo que importa es que, una vez que los tenemos, atraemos ciertas cosas y no podemos comprender con nuestro intelecto cómo podemos ser responsables de atraer lo que atraemos porque a menudo no tenemos conciencia de las memorias ni de los programas que se repiten una y otra vez en nuestra mente subconsciente.

Si crees que tienes el poder de libre voluntad; piénsalo dos veces, porque, en realidad, estás permitiendo que tus programas decidan por ti. Lo que controla tus elecciones en realidad es la información acumulada en tu mente consciente y subconsciente. Tus decisiones se basan en lo que viviste y aprendiste y luego descargaste a tu mente en forma de creencias, opiniones, juicios de valor y expectativas. Almacenas todo esto en tu banco de memoria.

Aquí es donde tu poder de libre elección comienza a actuar. Eres libre de elegir reaccionar a partir de las memorias (programas viejos) o elegir soltar y dar permiso a la inspiración (que sólo viene de Dios, el universo) para hallar la solución correcta y/o descubrir la respuesta correcta para ti.

Todo es perfecto. Aquello que tú llamas problemas son experiencias perfectas que atraes (subconscientemente) para ser mejor y hacerte más fuerte. Acepta que todo es perfecto, que no estás solo, y suelta y otorga permiso a esa parte tuya que sabe más. Las personas y las situaciones difíciles en tu vida son simplemente bendiciones disfrazadas.

Permíteme darte algunos ejemplos. Un día, mientras estaba caminando por la calle en Bruselas con mi maestro de Ho’oponopono, el Dr. Ihaleakalá Hew Len, me caí. Ambos nos sorprendimos. Yo me sorprendí porque me veía cada vez más cerca del piso sin poder detener la caída, y él se sorprendió porque estaba parado a mi lado y no pudo ayudarme tampoco. Cuando le preguntó al universo acerca de este incidente, oyó una voz que le decía: “Mejor caer en la calle que estar en un avión que está cayendo”.

¿Has oído alguna vez la historia del granjero chino que pierde su caballo? En una versión, el granjero tenía sólo un caballo y un día éste se escapó. Los vecinos vinieron a darle sus condolencias por su terrible pérdida. El granjero dijo: “¿Qué les hace pensar que es tan terrible?”.

Un mes más tarde, el caballo regresó, venía acompañado de dos hermosos caballos salvajes. Los vecinos se entusiasmaron con la buena suerte del granjero. ¡Qué caballos tan fuertes y bellos! El granjero dijo: “¿Qué les hace pensar que es buena suerte?”.

Un día, el hijo del granjero cayó de uno de los caballos salvajes y se rompió una pierna. Todos los vecinos estaban consternados. ¡Qué mala suerte! El granjero dijo: “¿Qué les hace pensar que es malo?”.

Luego, hubo una guerra, y todos los hombres sanos fueron reclutados y enviados al campo de batalla. Sólo el hijo del granjero, porque tenía una pierna rota, se quedó. Los vecinos felicitaron al granjero. “¿Qué les hace pensar que esto es bueno?” dijo el granjero.

La moraleja aquí es que nunca sabemos si un evento es una bendición o una desgracia. La realidad siempre está en el ojo de quién la observa. No tenemos el panorama ni la historia completa y, por lo tanto, no somos conscientes del magnífico diseño del universo. Por eso es tan difícil para el intelecto aceptar, decir gracias y soltar.

Por favor, ten en cuenta que todo en tu vida es temporal y pasajero. Por lo tanto, di gracias. Recuerda que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Dicen que cuántos más desafíos tengamos, más bendiciones vendrán a nosotros. Entonces di gracias cada vez que se cierra una puerta, porque eso permite que se abra otra mejor y más importante.

Has decidido creer que necesitas saber todo y, cuando no sabes algo, ¡tu cerebro lo inventa! En cambio, puedes elegir decir: “No lo sé”, y suspirar aliviado, porque no es necesario que lo sepas todo. Sólo debes soltar y dar permiso a Dios. Él sabe todo y está más cerca de ti que tu propia respiración.

Cuando tomas conciencia de que no hay nadie allí afuera y que todo está determinado por tu propia experiencia de personas y situaciones (es decir, tu percepción, contaminada por tus memorias y tus programas) serás libre para experimentar las bendiciones del universo.

Albert Einstein dijo con razón que la definición de la locura es hacer la misma cosa una y otra vez y esperar resultados diferentes. A menos que tomes conciencia y decisiones diferentes, ¡continuarás atrayendo las mismas cosas!

La elección es tuya y sólo tuya.

Sobre la autora
Mabel Katz
www.elcaminomasfacil.com

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