Neurología de la expresión facial. La expresión de la cara está en continuo cambio.

La mayoría de los músculos faciales se conecta con el tejido subcutáneo fascial, y otros, como los masticadores, lo hacen a los huesos faciales. 
La inervación depende de dos nervios craneales, el facial y el trigémino. Ambos son totalmente independientes del lado derecho e izquierdo.

El facial nace en el encéfalo, en el núcleo del nervio facial, que recibe aferencias directas e indirectas de la corteza cerebral donde está la representación facial. Se divide al llegar a la cara en un tronco superior y uno inferior, cuyas funciones son independientes, aunque el tronco superior recibe inervación bilateral.

Esta característica se manifiesta en la capacidad de mover los labios unilateralmente, mientras es casi imposible mover una sola ceja.
La posibilidad de expresar emociones, proviene del control cerebral, que contrapone la inducción voluntaria versus la inducción emocional.
La activación voluntaria del nervio facial proviene del sistema cortico espinal, mientras la activación emocional implica centros subcorticales.

Personas que han sufrido una lesión unilateral de la corteza motora, no pueden retraer la comisura de la boca contralateral al hemisferio lesionado, aunque logran retraer ambas comisuras durante un acceso de risa. 
En una lesión de ganglios basales, como el Parkinson, los pacientes pueden mover voluntariamente los músculos faciales pero pierden la expresión emocional espontánea.  

Algunos investigadores sostienen que el lenguaje facial es “para- lingüístico”, colaborando en la expresión verbal, dando énfasis a la conversación, y adquiriendo así un rol social.

Paul Ekman ha estudiado analíticamente la expresión facial, con descripciones objetivas, llegando a concluir que la información es proporcionada por las características estáticas de la cara, sus músculos, la estructura ósea, en forma común a todas las culturas del planeta. 

Hay sujetos que exteriorizan su ira y otros que la dirigen hacia sí mismos o la inhiben, se señalan que los primeros muestran reacciones fisiológicas  semejantes a la acción de la noradrenalina, mientras los segundos se relacionan con la adrenalina. 
Esto indicaría que la fisiología es específica de la emoción, más allá de las características individuales de cada persona.
A los 4- 5 años, los niños han adquirido un conocimiento pleno de la apariencia y significado de la mayoría de las expresiones faciales habituales.

La expresión se ve limitada.
Ciertos olores son recibidos con poca resistencia cuando se está solo y con mayor énfasis cuando se está acompañado.   
Los lanzadores de pelota no suelen sonreír cuando logran un lanzamiento, pero sí lo hacen cuando se vuelven a ver las caras de los espectadores.

Estudios con primates, han reconocido ciertas expresiones: 1) mueca, semejante a la expresión humana de miedo o sorpresa, 2) boca tensa, expresando cólera, 3) expresión divertida, similar a la sonrisa humana. 

Sobre la autora
Klga. Susana Berman
Directora de Unidad Kinésica Integral 
www.uki.com.ar

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