Todos conocemos casos de maltrato a niños, bebés y adolescentes, por los periódicos, por ser vecinos o familiares. Pero solemos asociar este maltrato a situaciones de violencia física, o abuso verbal grave.

Pero para los que trabajamos en salud mental de adultos y niños, conocemos un tipo de maltrato que no se expresa exclusivamente por la violencia física o verbal, sino también por la indiferencia, o la amenaza más terrible para un niño, “Sos malo y por eso te quedás sólo, y no te quiero por tu culpa”.

Para un bebé y para un niño la falta de un cuidador significa la diferencia entre la vida y la muerte, entonces si el que tiene que cuidar, daña y no cuida, el bebé y el niño sienten el terrible dolor de la muerte que surge del miedo mas básico,miedo a la muerte.

Y éste es el fundamento de porque el niño elabora una consigna para evitar y mitigar este miedo“algo hice para que papá/mamá no me cuiden y me lastimen”, porque así la falta está en él, y se puede cambiar, de lo contrario es “aceptar que no hay cuidador y eso es acepta rla muerte”.

Entonces siempre pero siempre el niño se adjudicará la responsabilidad del maltrato de los padres, terminado de completar el daño con frases como “mirá lo que me haces hacer” “si hacés lo que te digo, esto no pasa”, etc.

Dejando para más adelante el análisis de estos padres abusadores, describiré situaciones que no son vistas como abuso y son una terrible manipulación de la emociones del niño.

Como educar a un hijo no está escrito en ningún libro, todos los que somos padres sabemos de la paciencia, y a veces la pérdida de la misma que provocan estos hermosos seres ávidos de aprender, y conocer siendo contínuos dadores de afecto, estos ángeles sin alas son la forma que perduraremos como especie, y cómo los eduquemos dependerá si lo lograremos o no
¿Pero qué es lo que esta ocurriendo? ¿Por qué tantas muertes de niños?

A respuesta es algo compleja y se enmascara en la problemática de la violencia, principalmente de género, y segundo en la violencia delictual y por supuesto en la cobertura mediática. Estos casos son los extremos de una línea que comienza, en el maltrato cotidiano.

Las secuelas de este maltrato uno las observa hoy en adultos con graves problemas emocionales y psicológicos, y en los niños con conductas alteradas en el colegio, o en sus propias casas.

Que el adulto trabaje, se case, estudie no implica haber resuelto su problemática infantil de maltrato, esta siempre aparece principalmente cuando deben ser padres.

Más de una vez uno se sorprende cuando conoce a un compañero de trabajo educado, servicial, que en la educación de sus hijos es un tirano, e indiferente.

A veces son las dos caras del psicópata, otras, muchas más numerosas son las secuelas de un maltrato infantil no resuelto y tomado como una forma sana de educar “A mí, mis viejos me educaron así y no me fue nada mal”

Hoy los niños suelen tener capacidades de manipulación, negociación y de enfrentamiento muy violentas, y certeras, pero siempre siempre son actos de niños, no de adultos malévolos que nos engañan.

Esta combinación de confusión de roles y la respuesta irrespetuosa explosiva con padres que pierden el control, o se sienten dominado por sus hijos, despierta reacciones de enojo e impotencia, llevando a peleas en la pareja, y violencia hacia los chicos

En otros casos los más graves uno o ambos padres fueron víctimas de maltrato y nunca reconocieron esta situación y al educar a sus hijos repiten lo aprendido como normal, el castigo físico, la indiferencia y el maltrato verbal son las consigna del vínculo con sus hijos.

Sobre el autor
Dr. Fabián A. Molina
Médico Psiquiatra y Psicólogo Médico
MN 73.763 MP 54.848
Programa de victimas de relaciones psicopaticas y violencia
Hospital Braulio A. Moyano, C.A.B.A.

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