Mano aplicando acupuntura china sobre paciente

Las medicinas tradicionales pueden ser una opción para optimizar los recursos de los sistemas de salud en una sociedad, pues comprenden métodos económicos y sencillos para mejorar la calidad de vida de las personas.
La mayoría de estas prácticas superan en milenios de antigüedad a nuestros saberes  convencionales actuales, pero aún mantienen fresca su capacidad terapéutica y su respuesta ante el dolor en forma simple y económica.
Las estrategias terapéuticas que utiliza la MTC son variadas y están íntimamente relacionadas al diagnóstico energético que realice el profesional. Algunas de ellas tienen amplio desarrollo en el mundo moderno y aplicación a tal punto, que los servicios de salud y las prepagas de muchos países del globo las utilizan y las colocan en sus cartillas de prestaciones.
Tal es el caso de la Acupuntura, quizás la más difundida de todas las técnicas de la medicina ancestral china, que consiste en el implante de finas agujas de metal sobre la superficie de la piel. Durante milenios utilizada por los pueblos de lejano oriente y no comprendida a veces por la institución médica occidental, hoy el avance de las neurociencias ha dado pie a nuevos descubrimientos que revelan que su funcionamiento responde directamente al de nuestro sistema nervioso. La acupuntura envía un estímulo desde la superficie de la piel provocando un alerta de las vías neurales, que reaccionan liberando diferentes tipos de sustancias neuroquímicas, provocando lo que llamamos efecto acupuntural, que engloba varios efectos en sí. Los más importantes de estos, el analgésico y el antiinflamatorio.
El gran descubrimiento de los chinos no son las agujas, sino los puntos acupunturales. Estos se emplazan en forma reticulada sobre la superficie de la piel. Otro tanto sucede con el masaje o la digitopuntura oriental. Si bien por registros históricos hace ya 4500 años encontramos en registros oraculares de huesos o caparazones de tortuga la inscripción china “lesiones de huesos” mucho más cerca en el tiempo, los chinos fundaron las primeras academias de masajes conocidas en el mundo por orden del Emperador Yuan.
La técnica oriental de masaje chino denominada Tuina o literalmente “presionar y agarrar” no se basa solo en las técnicas manuales aplicadas a diferentes zonas corporales sino que intenta corregir desde éstas el flujo de energía y por lo tanto quien aplique esta técnica no solo debe saber técnicas especiales de masaje y anatomía humana, sino también un avezado conocedor de cómo circula el Qi, Chi o energía vital, a través de recorridos, donde ese Qi se puede acumular, bloquear, disminuir, causando síntomas.
El Tui Na trata patologías desde la medicina tradicional china, usando técnicas de dispersión y estimulación, trayendo energía a donde no la hay, mejorando la circulación de la sangre y del Qi. Este es considerado el primer escalón terapéutico de la MTC, aconsejable y muy eficaz para enfermedades “superficiales” y en aquellas más profundas puede ayudar también, contribuyendo a relajar tensiones y a aliviar el dolor. Otra de las técnicas es la Moxibustión, cuya aplicación es inseparable de la acupuntura. Juntas forman el segundo escalón terapéutico, que trata síndromes más severos, profundos y complicados. En idioma chino, forman parte de una sola técnica: se denomina con los fonemas Chen Chiu, literalmente “aguja y moxa”.
Esta estrategia terapéutica consiste en la utilización de conos o cigarros realizados con una hierba llamada artemisa chinensis, que luego de secarse se moldea en la forma requerida y se enciende. Produce un calor uniforme capaz de enviar una onda calórica direccionada sobre puntos específicos de la piel (puntos acupunturales) y las reacciones neuroquímicas que permiten, por ejemplo, el alivio del dolor en la artrosis y las contracturas musculares, resolución de malestares digestivos, y la mejoría de problemas derivados de la edad avanzada.
La otra técnica que debe manejar el terapeuta de Medicina china será el uso de las Ventosas. Consiste en la aplicación sobre la piel o puntos acupunturales de vasos de vidrio o cerámica, y en algunas ocasiones copas de bambú que, calentados y colocados sobre la piel, provocan vacío y succionan ese sector provocando hiperemia, es decir, fluxión de sangre desde los capilares hasta la zona estimulada. Esto produce una gran movilización de la sangre y con ella, un fluir diferente del chi.
La Medicina Herbal China no es una fitoterapia convencional. Escrita en recetas especificas para el tratamiento de afecciones diversas y descriptas su aplicación, son utilizadas con un criterio muy especial. Hay una hierba que comanda la fórmula, otra que colabora con ella, y tal vez otras que regulen efectos indeseados de la primera, pero siempre hablamos de curar un síndrome que afecta el fluir del Qi. Acupuntura, Tui Na, Moxibustión, hierbas, dietoterapia china – que nos habla de la adecuada nutrición para mantener el equilibrio de los distintos fluidos y fuerzas en nuestro organismo – y ventosas forman el corpus terapéutico que se utiliza con más frecuencia, en el día a día aquí y en muchos países. Pero la MTC tiene otro componente fundamental, un estadio superior que llega hasta la enfermedad más profunda y es un gran mecanismo preventivo de enfermedades: el movimiento del cuerpo.
No puede haber un práctico de esta medicina que no maneje e instruya en el manejo del flujo del Qi mediante ejercicios respiratorios llamados Qigong o Chikung. Con ellos se trabaja cada meridiano, adecuado a la época del año. Y existe el llamado chi gong médico, que se usa específicamente en el tratamiento de algunas afecciones.
Si bien en ocasiones un profesional de la medicina china se especializa en alguna, ya sea acupuntura, tuina o masaje, Qi gong o hierbas, debe poseer un cabal conocimiento de las otras técnicas para dar respuesta al padecimiento de sus consultante en forma más completa. Donde la aguja atemoriza la mano produce confianza y donde la presión de la mano es dolorosa puede ser imperceptible la punción de la aguja y cuando la enfermedad se conduce a las profundidades una buena respiración puede regular el flujo del Qi profundo o una hierba estimular aquellos centros a los que no podemos estimular desde el exterior.
Sobre el autor
Lic. Daniel González Barreiro
Profesional de la salud
Docente investigador universitario
Presidente del Colegio de Acupuntores y Naturópatas
caminonatural@hotmail.com
www.acupuntores.org.ar

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