Alguna vez te preguntaste: ¿de dónde viene el alimento que comemos? ¿Mediante qué procesos de elaboración ha pasado? Y ¿qué pasa dentro de nuestro cuerpo cuando nos alimentamos?

Cuando incorporamos un alimento, se pone en marcha el complejo mecanismo de la digestión, en el cual nuestro organismo toma del alimento aquello que le es útil y desecha lo que no necesita.
 
Hay alimentos que tienen un gran valor nutritivo y nuestro organismo se sirve de ellos sacando gran provecho. En cambio, hay otros que tienen un valor nutritivo escaso o sea que nos van a aportar una cantidad mínima de nutrientes, aunque tal vez nos aporten las calorías necesarias para el desgaste energético cotidiano.
 
Por lo tanto, para una alimentación verdaderamente eficiente deben combinarse un buen valor nutritivo con un alto potencial energético. Hay alimentos que nos brindan mucha energía con poco desgaste del organismo para ser digeridos; esto ocurre principalmente cuando comemos alimentos vivos y frescos, que proceden de la tierra y en preparaciones sencillas, como los granos de cereal integral, las legumbres, las semillas, las verduras y las frutas.
 
Hablamos del tipo de alimentos que nos proveen de energía duradera, se digieren fácilmente, aumentan nuestra vitalidad, producen mayor saciedad con una ración menor, por lo tanto previenen y controlan el exceso de peso y colaboran con nuestro estado de salud general, disminuyendo los niveles de ansiedad y el estrés.
 
De modo que podemos mejorar nuestra calidad de vida, eligiendo alimentos naturales, integrales y, mejor aún si son de cultivo orgánico.
 
Hay un aspecto importante a considerar que es la proporción que necesitamos de cada uno de ellos, y de esto dependerán también los buenos efectos de una comida.
 
Adentrarnos en este mundo es parte esencial de la vida humana ya que todos debemos alimentarnos a diario. De cómo lo hagamos van a depender los resultados para nuestra salud.
 
Si tomamos conciencia que cada una de nuestras células participa de este proceso y que la calidad del alimento va a redundar en la calidad de la sangre, de los huesos, la piel y de todo nuestro cuerpo, es fundamental tomar conciencia, hacernos responsables y ocuparnos de nuestra alimentación, así como nos dedicamos a tantos otros aspectos cotidianos que, tal vez, no son de tan vital importancia.
 
El buen alimento da salud y bienestar, y está al alcance de todos. 
 
Cuando nos servimos de la Madre Tierra en armonía con la naturaleza, nos integramos al todo al cual pertenecemos, con una actitud de amor y respeto hacia nosotros mismos y hacia la vida. 

Sobre la autora
Varinia Sánchez 
Educación alimentaria – Cocina natural
www.alimentatusalud.com.ar

1 Comments

Leave a Reply

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *