La mayoría de los trastornos y problemas asociados a la memoria se deben principalmente a los procesos oxidativos internos del cuerpo (oxidación celular provocada por radicales libres), como así también a carencias nutricionales puntuales que ocasionan desequilibrios orgánicos.

No obstante, la naturaleza dispone de valiosas herramientas que permiten lograr la recuperación de los estados nutricionales en carencia, y la protección frente a los procesos que dañan nuestras células.

La falta de dietas con aporte de vitaminas del complejo B y de proteínas ricas en aminoácidos esenciales (especialmente la L-Tirosina), se encuentra directamente asociado a la pérdida de memoria. Paralelamente, los métodos habituales de cocción producen deterioros en las capacidades nutricionales y terapéuticas de los alimentos, modificándose o degradando compuestos de vital importancia como las vitaminas y antioxidantes naturales.

Una dieta rica en alimentos vegetales crudos (por su alto nivel de antioxidantes y vitaminas), como así también el consumo de levaduras y cereales integrales (buenas fuentes de vitaminas B), y microalgas como la Spirulina (que dispone del mayor contenido de la naturaleza de vitaminas B y ciertos antioxidantes), son algunas de las recomendaciones más efectivas para abarcar este tipo de trastornos desde la alimentación. También es aconsejado en caso de recurrir a la cocción de los alimentos, que la misma se realice al vapor, ya que se minimiza la degradación de los nutrientes y la pérdida de los minerales.

Es recomendado asimismo la combinación de hidratos de carbono con alimentos de alto contenido proteico y de ácidos grasos esenciales (omega 3, 6 y 9). Por el contrario, se debe limitar la ingesta de alimentos con azúcares, harinas y otros componentes refinados y procesados, ya que su aporte nutricional es muy limitado, sobre todo en micronutrientes.

La utilización de plantas medicinales como el Ginkgo biloba, Centella asíatica y Ginseng, produce un efecto promotor de la microcirculación cerebral permitiendo una mejor nutrición celular e intercambio de gases, ya que se facilita el metabolismo y la eliminación de desechos.

Además el Té verde y el Ginkgo biloba son dos plantas especialmente recomendadas por a su alto contenido de antioxidantes.

A modo de resumen, debe priorizarse toda la gama de alimentos integrales (desde panificados y la harinas, hasta el arroz), frutos secos como nueces, almendras, castañas, pistachos (por su alto contenidos de ácidos omega), semillas como el girasol y calabaza o zapallo, frutas rojas como las frutillas, arándanos, frambuesas y moras (alto contenido de antioxidantes), y verduras como las espinacas, pimientos, berenjenas, calabazas y coles (por su elevado aporte proteico y fitoterapéutico), entre otros.

Finalmente, recuerde que se logrará una mayor tasa de recuperación y prevención de los trastornos de pérdida de memoria si se promueve la realización de ejercicios mentales de memorización, técnicas de concentración y actividades tan simples como la lectura contínua.

Sobre el autor
Lic. Eric G. Strembel
Hydro-Grow® Laboratorios 
Lic.en Química. Especialista en Plantas Medicinales.
Departamento científico Hydro-Grow® Laboratorios

Para mayor información ingrese a:
http://spiruline.com.ar/publicaciones

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