El arte, el sentido de la creatividad.

Si partimos de la idea de que el Ser Humano va construyendo su vida día a día haciendo uso de su potencial creativo, y si nos detenemos a observarnos, podremos apreciar, sin dificultad, que algo esta fallando….

Las fuerzas creadoras, inherentes al hombre, están siendo anestesiadas. El uso abusivo de la tecnología, el vértigo de la urgencia, el síndrome de lo descartable, y la lucha por la supervivencia, (que insume prácticamente todo el tiempo disponible), nos van alejando cada vez mas de nuestro Ser en función del Hacer.

Lo que nos pasa se convierte en “temas” que hay que solucionar rápidamente para pasar a otra cosa. “El tiempo no alcanza”, decimos, y vamos perdiendo el sentido del Ocio, como oportunidad para la creación. Porque hay que usar ese tiempo para “adelantar cosas”, y, si por casualidad decidimos “distraernos”, nos embarcamos en tours “acotados y alocados”, donde lo importante es la cantidad de lugares recorridos y no la emoción de las sensaciones sentidas. Con lo cual, ni llegamos a procesar lo que vivimos, y sólo lo anotamos en la cuenta de lo que hicimos…

Por eso es importante, yo diría imprescindible, hacer conciencia de lo que esto significa. Entender que este tipo de “hacer”, solamente, nos vacía. Y en ese vacío entra la ansiedad, y luego la angustia, y de la mano de ella la enfermedad.

Para resguardarnos, sería bueno buscar un equilibrio al quehacer cotidiano, con actividades que nutran el alma, de la misma manera que se nutre el cuerpo.

Porque, ¿qué otra cosa es la salud que el equilibrio de las fuerzas vitales?

Entonces….despertar nuestras fuerzas creativas y ponerlas en acción, es, en definitiva, ayudarnos a vivir con mas plenitud…

El campo donde se siembra y cosecha esta posibilidad, es el de las artes. Música, pintura, danza, modelado, letras, teatro, canto…. Cualquiera de ellas, donde nos hallemos cómodos, nos darán la oportunidad de encontrarnos con nuestro ser.

No lo pongamos en la lista del “tengo que”, sino en la del “quiero, deseo, me encantaría”.Y entreguémonos a ese aprendizaje como un recreo, con libertad, con presencia de ánimo. Como una aventura, un viaje hacia nosotros mismos, hacia esos territorios inexplorados de lo que somos, de lo que podemos….

Permitámonos sentir la alegría del descubrimiento….
… Fue esa alegría de mi experiencia personal, la que me llevó a abrir mi primer taller de plástica, con una publicidad que decía: “Nada mas hermoso que ver emerger de nuestras manos, ese producto inédito, de nuestra alquimia interior”.

A pensarlo…¡y animarse!

Sobre la autora
Liliana Schwartz
lilianaschwartz@gmail.com

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