“A mí me parece que antes de emprender el viaje en busca de la realidad, en busca de Dios, antes de actuar, antes de tener cualquier relación con otro […] es esencial que comencemos por comprendernos a nosotros mismos”. Krishnamurti.
Cualquier método eficaz para crecer debe, por lo tanto, tomar en cuenta el hecho de que hay tipos diferentes de personas, tipos diferentes de personalidad. A lo largo de la historia se han propuesto muchos sistemas psicológicos y espirituales para tratar o explorar este conocimiento esencial: la astrología, la numerología, los cuatro temperamentos clásicos (flemático, colérico, melancólico y sanguíneo), la teoría de los tipos de personalidad de Jung (orientación hacia la extraversión o la introversión, y funciones de intuición, sensación, sentimiento y pensamiento) y muchos otros. Estudios recientes sobre el desarrollo del niño y de la ciencia del cerebro han indicado que las diferencias fundamentales de temperamento entre distintos tipos de personas tienen una base biológica.
Esta diversidad explica por qué un consejo bueno para una persona puede ser desastroso para otra. Decirle a algunos tipos que deben centrarse más en sus sentimientos es como arrojar agua a un hombre que se está ahogando. Decir a otros que necesitan hacerse valer más es tan tonto como poner en estricto régimen dietético a una persona anoréxica. Al comprendernos a nosotros mismos y comprender nuestras relaciones, nuestro crecimiento espiritual y muchos otros asuntos importantes, veremos que el factor esencial es el tipo, no las diferencias de sexo, ni las culturales ni las generacionales. Creemos que el conocimiento de los tipos de personalidad es necesario en muchos ámbitos: en educación, en las ciencias, en los negocios, la literatura, la terapia y, por encima de todo, en la espiritualidad y el trabajo de transformación. Si bien nuestras inquietudes pueden ser universales, la forma de expresarlas es mucho más particular; de hecho, está en función del «filtro» con el cual abordamos la vida. El principal filtro que empleamos para comprendernos a nosotros mismos y comprender el mundo que nos rodea, para expresarnos, para defendernos, para hacer frente al pasado y anticiparnos al futuro, para aprender, para disfrutar y para enamorarnos, es nuestro tipo de personalidad.
¿Y si este sistema nos mostrara nuestros problemas psicológicos esenciales a la vez que nuestras fuerzas y debilidades en las relaciones interpersonales? ¿Y si este sistema no sólo nos mostrara nuestros problemas esenciales sino también nos indicara la manera de hacerles frente o tratarlos? ¿Y si este sistema también nos dirigiera hacia las profundidades de nuestra alma?
 Este sistema existe, y se llama Eneagrama
Su origen es, verdaderamente, desconocido. Fue introducido en Europa por George Gurdjieff en el año 1920. Luego, lo transmitió Oscar Ichazo (de nacionalidad boliviana) quien hizo aportes muy valiosos y contribuyó a su difusión. Ichazo fue quien, en los años ’70 se lo transmitió al Dr. Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, quien hizo la invalorable contribución de traducirlo al lenguaje de la Psicología moderna occidental.
El Eneagrama reformulado por el Dr. Naranjo es una herramienta de Psicología que hace un profundo aporte al estudio de los tipos de personalidad , a la búsqueda de una estructura de nuestra historia personal, y nos ayuda a explorar tanto los rasgos que separan como los que pueden aproximar facilitando, de este modo, un auténtico crecimiento y desarrollo. Podríamos decir que es como un mapa del comportamiento basado en los eneatipos (o nueve tipos de personalidad), que nos permite entender y modificar muchos aspectos desconocidos de nosotros mismos, que mueven nuestro actuar y, muchas veces, nos tienen atrapados, impidiéndonos alcanzar una plena realización. El Eneagrama sólo puede servirnos si somos sinceros con nosotros mismos. Este sistema, servirá como guía para la auto-observación y la autoexploración.
“El espíritu es una fuerza invisible que se hace visible en todo lo que vive”.
Maya Angelou
Texto extraído de:
Pagina web del Dr. Claudio Naranjo.
Libro: La sabiduría del Eneagrama (Don Richard Riso & Russ Hudson)
 

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