Cuántas veces nos sorprendemos a nosotros mismos como padres hablando de nuestros hijos en estos términos: “no nos hace caso…no respeta los límites…se porta mal en la escuela.”
¿Cuántas citas en los colegios, charlas con los maestros y notas en los cuadernos de comunicaciones?
Ver que no pueden jugar solos o se pelean entre los hermanos. O peor aún, cuando se enojan de golpe, tiran sus juguetes, rompen y pegan, sin importarle si se lastima o lastima a otro, siempre de mal humor sin ningún hecho que se los dispare.
¿Qué hacer cuando nuestros hijos lloran o se irritan y no encontramos modo de calmarlos?
Para tener una capacidad de regulación emocional deben poseer estrategias para manejar las emociones o ajustar la excitación emocional a niveles de intensidad apropiados. Y la información que los niños necesitan para ejercer la autorregulación proviene de los padres y de las respuestas de éstos a las reacciones emocionales de ellos. Pensar una modalidad de crianza y educación que esté en sintonía con las necesidades de los niños y adolescentes de hoy (tecnológicos, informados y ultra estimulados) sin dejar de lado las normas, aportando estrategias y herramientas que ayuden a los padres en su desempeño cotidiano, y en la regulación de aquellas conductas inadecuadas, explosivas y disreguladas, hoy es posible.
En un Taller para Padres, se proveerá conocimiento acerca de cómo deben ser las normas y los límites para ser eficaces, logrando entender su dinámica y generando modos efectivos de aplicar la disciplina en casa. Asimismo, se trabajará sobre los modos de comunicación que mantenemos con nuestros hijos, nutriéndonos de habilidades y estrategias tanto cognitivas como conductuales para lograr una convivencia placentera.
En el Taller para Niños, ellos aprenderán a identificar sus estados emocionales y adquirir herramientas para lograr actuar satisfactoriamente, tanto para ellos como para su entorno. Mediante actividades lúdicas y juegos de roles, se busca lograr la regulación, el automonitoreo y la ejecución de conductas no explosivas, sino evaluadas y con alta probabilidad de éxito. Se enseñará a los niños ejercicios de relajación y se les dotará de herramientas que luego podrán aplicar en su vida cotidiana, mejorando sus relaciones con los otros y consigo mismos.
La información científica reporta que en todas las intervenciones en las que se realizó un entrenamiento con padres y niños se hallaron mejoras en las prácticas parentales y/o disminución de la conducta externalizante y caprichosa en el niño.
Sobre la autora:
Dra. Ana Beraudi
Esp. Psiquiatría Infanto Juvenil
Jefa de la Clínica de Trastornos del
Espectro Autista y de la Clínica de
Trastornos de Disregulación de Conducta
y emociones de INECO
Instituto de Neurociencias Cognitivas
www.fundacionineco.org
 

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