En muchos de los países en desarrollo, el agua sucia es una amenaza infinitamente mayor para la seguridad humana que los conflictos violentos, dice el Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 publicado en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“Suministrar agua limpia, eliminar las aguas residuales y proporcionar servicios de saneamiento” son tres de los fundamentos básicos del desarrollo humano, dice el Informe”.

Pero 1.100 millones de personas carecen de acceso a agua, y 2.600 millones no disponen de acceso a servicios de saneamiento. Y “No tener acceso al agua limpia’ es un eufemismo de ‘sufrir una profunda privación’.
Significa que las personas caminan más de un kilómetro hasta la fuente de agua limpia más cercana para conseguir el agua que necesitan para beber, que obtienen de drenajes, acequias o arroyos, que podrían estar infectados con agentes patógenos y bacterias que pueden causar graves enfermedades e incluso la muerte”, expresa el documento.

En este Informe se registra que hay:
– 1,8 millones de muertes infantiles al año causadas por la diarrea, que se podrían evitar con el acceso al agua limpia y un inodoro;
– 443 millones de días escolares perdidos a causa de enfermedades relacionadas con el agua;
– Casi un 50 por ciento de la población total de los países en desarrollo que en un momento dado padece algún problema de salud debido a la falta de agua y saneamiento.
Sin embargo, según el Informe sobre Desarrollo Humano (HDR) de 2006, a diferencia de las guerras y los desastres naturales, esta crisis mundial no insta a que se desarrolle una acción internacional coordinada. “Al igual que el hambre, esta es una emergencia silenciosa que experimenta la población pobre y que toleran aquellos que disponen de los recursos, la tecnología y el poder político necesarios para resolverla”.

“Cuando se trata del agua y el saneamiento, el mundo está plagado de un exceso de conferencias y padece de un déficit de acciones creíbles. La diversidad de actores internacionales ha incidido negativamente en el desarrollo de fuertes defensores internacionales del agua y el saneamiento”, afirma Kevin Watkins, autor principal del Informe sobre Desarrollo Humano de 2006.

Según Watkins, “los gobiernos nacionales deben definir estrategias y planes creíbles para abordar la crisis del agua y el saneamiento. Pero también es necesario desarrollar un Plan de Acción Mundial –en el que participen activamente los países del Grupo de los Ocho– para dirigir los esfuerzos internacionales fragmentados en la movilización de recursos y el impulso de la acción política mediante la colocación del problema de agua y saneamiento en una posición central y prioritaria dentro de la agenda de desarrollo”.

El Plan de Acción serviría como un ‘mecanismo virtual’, según indica el Informe, en el que se cita como útil punto de referencia el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria –que cuenta con una pequeña secretaría y una estructura administrativa mínima–.
El Informe sobre Desarrollo Humano de 2006 estima que el cumplimiento del objetivo de desarrollo del Milenio en el acceso a agua y saneamiento tendrá un costo adicional total de unos 10.000 millones de dólares anuales, que se tendrá que asumir tanto en el ámbito nacional como internacional. Según el Informe, “el precio de 10.000 millones de dólares para lograr el Objetivo de Desarrollo del Milenio parece una suma considerable, pero se ha de tener en cuenta el contexto. Representa menos de los gastos militares realizados en 5 días y menos de la mitad de lo que gastan los países desarrollados al año en agua mineral”.

Fuente:
www.waterandyouth.org

Agencia de prensa: Flavia Tomaello
Inés González
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