grafología y escritura

El alfabeto aparece hace unos 1500 años A.C. en la costa de Siria, pero el hombre no se contentó con inventar la escritura y gracias a su inteligencia llegó a la comprensión de que cada persona tiene su onda gráfica que lo hace individual, lo cual es la base de la ciencia grafológica, ya que analizar los grafismos nos permite realizar un diagnóstico de la estructura de cada personalidad.
El término Grafología surge de la Escuela Francesa con Michon en el año 1800. La grafología es el estudio de la escritura, una técnica para conocer la personalidad, actividad, inteligencia y temperamento humano. Permite el diagnóstico directo fisiológico, mental, nervioso y moral del sujeto. Encuadra dentro del campo real de la ciencia, ya que su objetivo es: comunicable, analítico, globalista, especializado, verificable y útil. Parte de hechos y vuelve sobre ellos, su objetivo se comparte con otras ciencias: Biología, Psicología, Sociología, Estadística, Pedagogía y Sexología. La grafología evoca la eterna duda existencial: » Quién soy yo», con respeto y humildad se lo puede revelar a quien escribe.
También tenemos en cuenta los tests psicológicos como herramienta para descubrir los diversos aspectos que deseamos analizar en un caso clínico. Algunos de ellos podrían ser el dibujo de una persona, un cuestionario desiderativo, el dibujo de un árbol, una casa, una persona, etc.
Entrando ya en aplicaciones concretas de esta ciencia podríamos destacar que la grafología se puede emplear en selección de personal para una empresa, siendo esta una aplicación de la grafología tradicional donde se permite encontrar a quien reúne las mejores condiciones laborales para desarrollar un trabajo determinado tanto desde un punto de vista técnico como de personalidad. Contamos también con la grafología infantil, con la que podríamos analizar la edad mental del niño y su evolución; pedagogía, orientación vocacional, criminología o la grafología forense, que determina entre otros aspectos el grado de agresividad del individuo y aspectos psicológicos. Otras técnicas menos utilizadas de esta variante son la grafología psicosomática, donde podríamos distinguir en los rasgos de un paciente entre una neurosis o una psicosis, o la grafología emocional para averiguar la compatibilidad de caracteres. En tratamientos modernos se utiliza antes y después de las internaciones y en operaciones quirúrgicas.
En fin, son numerosas y muy útiles las funciones de esta ciencia que, para muchos, es aún desconocida.
Sobre la autora
Elizabeth Fariña
Grafóloga
elizmifar@gmail.com

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