La tendencia de hoy, es considerar los hidratos de carbono como enemigos del organismo, de la digestión, y del control del peso.
Cuando en realidad los hidratos de carbono, son macronutrientes fundamentales en nuestra dieta, y el principal combustible que el organismo utiliza para obtener energía para las funciones vitales de forma no dañina. Por lo tanto, eliminarlos de la dieta, no tendría un resultado positivo a largo plazo, pues el metabolismo comienza a utilizar otros macronutrientes para la obtención de energía, que dejan así de cumplir su función principal, y resultando desechos tóxicos.
El secreto está, en seleccionar qué tipo de hidratos vamos a consumir.
Es de saberse que los hidratos de carbono complejos, presentes en granos, cereales, legumbres y hortalizas, son de mejor calidad nutritiva que los simples, presentes en el azúcar refinado, los dulces, las panificaciones con harina refinada, frutas, lácteos, etc. Estos últimos contienen poco valor nutritivo y contribuyen al aumento de colesterol, los niveles de azúcar en sangre, y otras enfermedades y trastornos cardiovasculares.
No todos los hidratos complejos son iguales. Algunos cereales, como el trigo, además de contener hidratos de carbono, grasas, potasio, fosforo, y vitaminas; contienen gluten, y ese es, su principal inconveniente.
El gluten es una proteína compleja que contiene propiedades adhesivas y elásticas, que hacen que el pan, por ejemplo, no se desmenuce. Pero debido a esa propiedad, una vez que llega al intestino, forma una capa de mucosidad que interfiere en la absorción de los nutrientes. Las proteínas del gluten que no fueron digeridas por las enzimas digestivas, sirven de alimentos a las bacterias indeseables que habitan el intestino, dando lugar al desequilibrio intestinal o simbiosis, al existir más bacterias perjudiciales que benéficas. Si bien el organismo expulsa esta mucosidad, cuando los órganos de limpieza, como el hígado, el intestino, los riñones y los pulmones están sobrecargados, aparecen enfermedades.
Por otro lado, en respuesta a la ingesta de gluten, nuestro organismo produce zonulina, que es una proteína que provoca permeabilidad celular en el intestino y en el cerebro, lo cual permite a las toxinas superarla con más facilidad, y provocando una reacción inflamatoria en el órgano.
Los péptidos provenientes del gluten que no fueron digeridos, pasan a la sangre y llegan al cerebro, se fijan a los receptores y así alteran la comunicación de los neurotransmisores, provocando cambios en el comportamiento y favoreciendo el desarrollo de enfermedades degenerativas y del sistema nervioso central.
Por todos estos motivos, es que, sin dudas, resulta beneficioso restringir el consumo de gluten. Es importante, sin embargo, reemplazar esas calorías por otras provenientes de otros hidratos de carbono, como las legumbres, el arroz, frutas y hortalizas. Y son útiles para ello, ciertos productos que se ofrecen hoy en el mercado, libres de gluten, pero fuentes de hidratos de carbono, y que reemplazan los alimentos que comúnmente se ofrecen a base de harina trigo. Galletitas de harina de arroz, pastas de harina de arroz y de legumbres, son algunas de las mejores opciones para sustituir las panificaciones y las pastas tradicionales, por un lado, nos aportan hidratos de carbono de buena calidad, y por el otro, un importante aporte de proteínas y fibras propias de las legumbres. Elegir harinas y pastas integrales, arroz integral, productos con buen aporte de fibras, y por supuesto, como siempre, lo más natural posible.
Sobre la autora:
Agustina Tonello
Lic. En Nutrición
M.N.: 7347
CV Natural
Depto. de Nutrición
 

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