El agregado de pre y probioticos en la fórmula infantil podría ayudar a una mejora en la respuesta inmune debido a la colonización del intestino de los recién nacidos con una población de bacterias beneficiosas.

Dos nuevos estudios – tanto publicado en el Diario de Parenteral como la Nutrición Enteral – sugieren que la adición de ingredientes prebióticos a la fórmula infantil pudiera ayudar a aumentar el crecimiento de “bacterias beneficiosas” en los intestinos, mientras que el empleo de probioticos puede realzar la inmunidad.

La Dra. Kelly Tappenden de la Universidad de Illinois, que condujo ambos estudios, dijo: «Las bacterias beneficiosas que vive en el intestino de un bebé son de fundamental importancia a la salud de un infante, el crecimiento, y la capacidad de combatir infecciones».

«Bebés criados con el pecho adquieren esta protección naturalmente”. «Infantes alimentados por fórmula se enferman más fácilmente porque las bacterias en sus intestinos siempre están cambiando», añadió Tappenden.

La idea es hacer la fórmula infantil parecida a la leche materna promoviendo el crecimiento de la bacteria intestinal, presente en el intestino de los bebés criados con el pecho.

Los investigadores dijeron que la fórmula infantil que contiene oligosacaridos prebiótico fue bien tolerada, aumentó la abundancia y proporción de bifidobacteria, y reducción del pH fecal en infantes sanos. Mientras que la fórmula que contiene probioticos, la inmunidad se encontró considerablemente realzada, sobre todo en bebés nacidos por cesárea.

El entorno estéril

Tappenden notó esta importancia que los bebes nacidos por cesárea aumentaron su inmunidad, principalmente porque éstos tienen una inmunidad mas vulnerable.

«Los bebés nacidos naturalmente son expuestos a la bacteria de la madre cuando viajan por el canal de parto, y desarrollan una población más sana de bacterias intestinales por consiguiente, » dijo Tappenden. «Pero, los bebés nacidos por cesárea entran en un entorno estéril, y su flora intestinal es bastante diferente, » explicó ella.

Lo más destacable

En el estudio de probióticos, Tappenden y su equipo integrado por investigadores de cinco otras instituciones, dividieron a 172 infantes sanos de seis semanas en dos grupos alimentados por fórmula y un grupo criado con el pecho. Comenzando las seis semanas de edad, los grupos alimentados por fórmula recibieron una fórmula de control o una fórmula que contuvo Bifidobacterium animalis subespecie lactis (Bb12) para el periodo de seis semanas.

El equipo encontró que los infantes que reciben la fórmula con probioticos habían aumentado las concentraciones de ciertos biomarcadores inmunológicos – incluyendo secreción, anti-rotavirus, y anti-poliovirus específico inmunoglobulina A (IgA) – . 
En el segundo estudio, los infantes que consumieron una fórmula que contiene el prebiótico también fueron beneficiados, dijeron a Tappenden. Explicó que 139 bebés sanos fueron divididos en tres grupos, donde los infantes amamantados fueron comparados con bebés alimentados a fórmula de control o una fórmula suplementada con galactooligosacárido y fructooligosacárido durante seis semanas. Cuando las muestras fecales fueron analizadas, los bebés alimentados a fórmula prebiótica mostraron mejora del número de bacterias beneficiosas y disminuciones en los tipos de bacteria que a menudo son asociados con enfermedad.

Papilla con espirulina

La espirulina tiene un importante efecto regulador del tránsito intestinal por su contenido de sacáridos específicos y fibras solubles, que favorecen el peristaltismo natural del organismo, reponiendo paralelamente las deficiencias nutricionales del cuerpo. No obstante su efecto es paulatino y sostenido ya que actúa adicionalmente restituyendo los equilibrios electrolíticos del sistema digestivo produciendo un efecto suave y permanente. Paralelamente, la espirulina dispone de efecto prebiótico comprobado científicamente favoreciendo la recuperación de la flora intestinal sin tener que consumir los microorganismos contenidos en alimentos modificados con probióticos.

Teniendo en cuenta lo expuesto en los estudios citados, el agregado de espirulina en papillas para lactantes mejoraría significativamente su sistema inmune logrando que este sea menos vulnerable a virus típicos de la edad infante. Sin dejar de lado los beneficios que esta trae para el bebé en términos nutricionales de macro y micro nutrientes.

Sobre el autor
Lic. Leandro D. Orselli
Licenciado en Nutrición (Mat. Profesional N°643). 
Especialista en Nutricion renal y administrativa. 
Departamento científico Hydro-Grow® Laboratorios
Para mayor información ingrese a:
http://spiruline.com.ar/publicaciones

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