Dentro de la nutrición hay que destacar el papel de la hidratación. Ingerir la cantidad adecuada de líquido diario, además de saciar la sed, mejora lo de hidratación, regula el buen funcionamiento de las células, favorece el transporte de cación dyuda a mantener la temperatura corporal.
Las personas mayores, los niños y los adolescentes son especialmente vulnerables a las consecuencias de la deshidratación, en el caso de los mayores no registran la sensación de la sed en los niños este sentido aún no se ha desarrollado. Por eso, es necesario controlar que ingieran la suficiente cantidad de líquido, incluso sin tener sed. La sudoración es el principal mecanismo de defensa que el cuerpo pone en funcionamiento contra la elevación de la temperatura corporal. Su manifestación más obvia es la pérdida de agua, sin embargo, en ese proceso se pierden también sales minerales como sodio, potasio y magnesio fundamentales para un funcionamiento corporal equilibrado.
La hidratación con agua debe ser acompañada del consumo de frutas y verduras que aporten este requerimiento adicional de sales minerales. El potasio está presente en la banana y el tomate, siendo los cítricos una excelente fuente de magnesio. Las bebidas alcohólicas, aún aquellas de baja graduación, no son la mejor opción para lograr una buena hidratación. El alcohol tiene un efecto diurético, razón por la cual aumenta la pérdida de agua por orina.
En el caso de los deportistas, una correcta hidratación es fundamental a la hora de desarrollar cualquier tipo de actividad física, así como una buena rehidratación durante y después de la misma. Durante el ejercicio físico puede desaparecer la sensación de sed, pero esto no significa que el organismo esté hidratado. La falta de líquidos puede aumentar la fatiga, disminuir el rendimiento, o provocar un golpe de calor al disminuir la capacidad de termorregulación del organismo. Por ello, un buen consejo es el de pesarse antes y después de realizar ejercicio e ingerir una cantidad de líquido igual a 1,5 veces el peso perdido.

¿Qué comer?

Cuando se menciona la importancia de incorporar en la alimentación de estos días calurosos más frutas que contengan agua, ¿A que nos referimos? Lo ideal es agregar a la dieta frutas jugosas como sandía, melón, naranja o uvas, por ejemplo. En estos tiempos de calor la fruta es siempre el mejor postre y colación, y es recomendable ingerirlas preferentemente crudas para que no pierdan el agua.
También hay ejemplos de las verduras que contienen abundante cantidad de líquido y por ello se aconseja agregarlas en las comidas de días calurosos. Las ensaladas constituyen un aliado fundamental: lechuga, pepino, tomate, remolacha, zanahoria, berro, rúcula, coliflor, espinaca, son algunos ejemplos. Las posibilidades de combinación de las distintas verduras para elaborar ensaladas son ilimitadas y se convierten en la mejor opción para un almuerzo rápido, fresco, nutritivo y liviano. Siempre está la opción de agregar trozos de pollo, huevo o queso fresco que aportan proteínas y no tantas calorías.
Lo básico a tener en cuenta:
-Beber agua
-Reducir el consumo de bebidas alcohólicas y cafeínas
-Comer más frutas jugosas y de estación.
-Consumir ensaladas de verduras crudas
-No olvidarse de las proteínas (carnes, pescados, pollo, soja, avena)
-Ingerir suficiente potasio
-Preferir los alimentos frescos o asegurar la cadena de frío.
Investigación de
Vera Alaniz para TodoSalud

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