Originaria de la zona sur de Europa, norte de África, Arabia e India. En la actualidad, debido a la popularidad que ha adquirido gracias a la belleza y aroma de sus flores, se la puede encontrar en múltiples países y regiones, en los que se presente abundancia de sol y clima seco, primordiales para su crecimiento.
Es una planta que posee un follaje verde grisáceo, con flores pequeñas, de color azulado o lila, que suele crecer formando arbustos pequeños. Presenta muchas variedades, conociéndose unas 30 especies de lavanda. Ha sido utilizada desde tiempos muy antiguos, tanto por su agradable fragancia como por sus propiedades medicinales.
El mayor rendimiento de los efectos de la lavanda se obtiene a través de los aceites esenciales que poseen sus flores, aunque también se la suele aprovechar como tisanas, logradas por medio de su decocción en agua. Por su aroma, se la utiliza en la fabricación de colonias, perfumes, jabones, desodorantes y una variedad de aromatizantes. Siendo muy usada, además, como repelente de insectos; resultando efectiva para combatir polillas, al colocar, en los placares, flores de lavanda dentro de bolsitas de tela. Por sus propiedades medicinales, se la conoce, especialmente, por sus efectos relajantes y calmantes, hallándosela efectiva para tratar dolores de cabeza y migrañas.
Si se aplican sobre la piel cremas o aceites que contengan lavanda, ello provocará la relajación de los músculos alrededor del área de aplicación, permitiendo mejorar la respiración, si se la coloca en el área del cuello o pecho, y reducir las contracturas, al frotarlas sobre zonas del cuerpo que han sido sometidas a esfuerzos físicos, ayudando a disminuir los niveles de dolor. La lavanda posee también propiedades antisépticas y fungicidas, lo que la hace sumamente efectiva para tratar heridas, cortes, golpes (moretones), quemaduras de sol, acné, psoriasis, prurito y otro tipo de afecciones que generen inflamación de la piel, acelerando la sanación y la formación de tejido cicatrizante. Además, por estos beneficios, se la utiliza también en la fabricación de tónicos y lociones indicadas para prevenir y evitar la caída del cabello. Por sus características antiinflamatorias, se recomienda el uso de la lavanda, en forma externa, por medio de cremas o aceites aplicados sobre la piel, para aliviar dolores musculares, reumáticos y de articulaciones, siendo eficaz para mejora problemas circulatorios.
Debido a su potente perfume, la lavanda es utilizada, cada vez con mayor frecuencia, en aromaterapia, resultando apropiada para tratar afecciones del sistema nervioso, insomnio, ansiedad, depresión, cambios de humor, situaciones de cansancio y estrés, gracias a las propiedades medicinales que posee capaces de generar efectos calmantes y relajantes. Los baños con esencias, sales o aceites de lavanda ayudan a una relajación total, física y mental, tanto por su penetración a través de la piel como por la inhalación de sus aromas, favoreciendo el alivio de tensiones y un descanso reparador.
Sobre el autor:
Dr. Carlos Daniel Ducasse.
Médico Especialista en Clínica Médica y Homeopatía
Para mayor información:
www.institutodemedicinaalternativa.com
www.ducassesport.com

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