Mitos y verdades sobre las lentes de contacto

Su uso puede corregir gran cantidad de defectos visuales refractivos, desde la miopía hasta el astigmatismo, la presbicia y la hipermetropía. Sin embargo, algunos afirman que nunca los han utilizado porque desconocen si pueden o ignoran sus beneficios y riesgos.
Los lentes de contacto permiten una amplia agudeza visual y una visión periférica superior a las proporcionadas por los anteojos. Existen de distintas formas y materiales, rígidos o blandos, y a su vez pueden ser de uso diario, semanal, mensual, de acuerdo al interés y a la tolerancia del paciente. Asimismo, un lente de contacto bien adaptado no causa daños en la visión, pero es aconsejable acudir al oftalmólogo para controles periódicos y tomar algunas precauciones tales como:

  • Lavado de manos previo a su colocación y extracción.
  • Mantener los ojos lubricados si fuera necesario.
  • No frotar los ojos excesivamente.
  • No dormir con lentes puestos, excepto que sean de uso prolongado.

 

Mitos acerca del uso de lentes de contacto

“No me irán bien”. FALSO: Casi todo el mundo puede usarlas. Antes de adquirirlas, se realiza una prueba para evaluar la tolerancia y el confort del ojo al lente.
“No son cómodas”. FALSO: Los últimos avances técnicos y los nuevos materiales, más hidratables y con mayor paso de oxígeno, hacen que sean cómodas para la gran mayoría de los pacientes.
“Su mantenimiento lleva mucho tiempo”. FALSO: Depende del tipo de lente y de su uso, pero con los productos específicos que existen actualmente es un proceso rápido y fácil.
“No se logrará una visión tan nítida como con anteojos”. FALSO: Al estar más cerca del ojo, la lente puede aportar una mejor perspectiva y corrección para los vicios de refracción.
“Son complicadas a la hora de colocarlas y quitarlas”. FALSO: Con un poco de práctica, su uso se vuelve muy fácil. En pocos segundos, se pueden colocar.
“Me perjudicará la visión después de un tiempo de uso”. FALSO: Actualmente, todas las lentes del mercado son de excelente calidad.
 
Sobre la autora
Carmen Emilia Ferraris
Jefa del Departamento Técnico de la Clínica de Ojos Kaufer
info@kaufer.com
www.kaufer.com

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