Se emplea el término “oveja negra” para referirse a aquel miembro de la familia que, debido a sus diferencias con respecto al grupo, rompe con la homogeneidad o con el equilibrio que se ha conseguido dentro de este.
“Aquellos miembros del árbol que no se adaptan a las normas o tradiciones del Sistema Familia.”
Aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias, yendo en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares. Aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados. Esos, por lo general, son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas. Que frustran a generaciones enteras.
Las ‘Ovejas Negras’, las que no se adaptan.
Las que gritan rebeldía, reparan, desintoxican y crean una nueva y florecida rama. Incontables deseos reprimidos, sueños no realizados, talentos frustrados de nuestros ancestros. Se manifiestan en su rebeldía buscando realizarse.
El árbol genealógico, por inercia, querrá seguir manteniendo el curso castrador y tóxico de su tronco. Lo cual hace de su tarea una labor difícil y conflictiva. Que nadie te haga dudar, cuida tu ‘rareza’. Como la flor más preciada de tu árbol.
Eres el sueño realizado de todos tus ancestros».Bert Hellinger
Orígenes del término
Este término procede de tiempos antiguos en los que la venta de lana de ovejas era un negocio bastante lucrativo.
Se conoce que los criadores de estos animales cada tanto se topaban con la desagradable sorpresa que constituía el nacimiento de ovejas de color negro, las cuales no coincidían con los requerimientos por parte de los compradores. Ésta problemática adquiría un peor tono relacionado con fenómenos religiosos en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX donde una oveja negra era considerada como un mal presagio, se asociaba con una marca del diablo.
La oveja negra de la familia
Cuando alguien señala a alguno de los miembros de la familia como “oveja negra”, está haciendo alusión a aquel individuo que por diversas características (físicas o sociales) rompe con la identidad del grupo.
La familia es un sistema formado por un grupo de personas determinado que comparten una serie de normas, pautas y reglas preestablecidas con la finalidad de mantener su funcionamiento y asegurar el bienestar de sus miembros generación tras generación.
El amor, el respeto, la lealtad y la coerción de grupo son típicas características de los sistemas familiares. Sin embargo, hay miembros que se niegan de forma abierta a la adhesión a la dinámica de funcionamiento del sistema y desafían y preceptos bajo los que siempre ha funcionado el sistema.
A pesar de haber crecido en el mismo contexto de sus semejantes, esta persona no se adapta ni se rige por los principios de su grupo, es por ello que su presencia puede causar malestar en el resto y es considerado como una fuente de discordia. Pueden llegar a ser incluso, excluidos de reuniones o celebraciones, sencillamente no se les comunican o se les pide su opinión con respecto a temas importantes para el grupo.
Es aquella persona cuyo comportamiento puede ser considerado como de rebeldía en cuanto se opone a lo que está establecido y al cómo deben hacerse las cosas e incluso llega a cuestionar su validez.
Por lo general, estas personas suelen sentirse como los eternos incomprendidos o la persona que nadie quiere ni le concede el valor que se merece porque algo está mal en él.
A ésta conclusión puede llegar un individuo tras escuchar en repetidas ocasiones cómo todo lo hace mal y de qué manera es un mal ejemplo en vista de que no se parece al resto de sus familiares y exhibe un mal comportamiento por no conducirse de la manera adecuada.
La oveja negra suele sentir que no pertenece a la familia en la que le tocó nacer, puede llegar a creer que el hecho de que haya caído allí es obra de un error de la naturaleza o es adoptado. Él siente de forma permanente que no encaja en ese grupo.
En muchas ocasiones, el gran pecado que comete la oveja negra, que le convierte en el blanco de todas las críticas y le atribuye la característica de despreciable, es la de ser diferente.
Son ellos los que se atreven a cuestionar lo que de antemano se toma como verdadero e inquebrantable y quizás algunas prácticas o normas ya no se adecúan con los tiempos. La desigualdad con respecto a los demás integrantes de la familia se centra en sus maneras de pensar, de actuar, creencias y convicciones.
Es por esto que las ovejas negras son apartadas, porque constituyen un peligro para la tradición.
Sin embargo, si la familia logra enfocar esto desde otra óptica, podrían aprovechar la adversidad para crecer y evolucionar.
Por otra parte, si los integrantes del sistema se propusieran a trabajar en la inclusión y la aceptación en vez de darle fuerza a la exclusión, se estarían fortaleciendo como sistema y abriendo paso a la tolerancia como valor para la vida.
ELOGIO A LAS «OVEJAS NEGRAS DE LA FAMILIA»
Las llamadas «ovejas negras» de la familia son en realidad Buscadores natos de caminos de liberación para el árbol genealógico.
Aquellos miembros de un árbol que no se adaptan a las normas o tradiciones del Sistema Familiar, aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias, yendo en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares, aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados, esos, por lo general son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas que frustran a generaciones enteras.
Las «ovejas negras», las que no se adaptan, las que gritan rebeldía, cumplen un papel básico dentro de cada sistema familiar, ellas reparan, desintoxican y crean una nueva y florecida rama en el árbol genealógico.
Gracias a estos miembros, nuestros árboles renuevan sus raíces. Su rebeldía es tierra fértil, su locura es agua que nutre, su terquedad es nuevo aire, su apasionamiento es fuego que vuelve a encender el corazón de los ancestros.
Incontables deseos reprimidos, sueños no realizados, talentos frustrados de nuestros ancestros, se manifiestan en la rebeldía de dichas ovejas negras buscando realizarse. El árbol genealógico, por inercia querrá seguir manteniendo el curso castrador y tóxico de su tronco, lo cual hace la tarea de nuestras ovejas una labor difícil y conflictiva.
Sin embargo, ¿quién traería nuevas flores a nuestro árbol si no fuera por ellas? ¿Quién crearía nuevas ramas? Sin ellas, los sueños no realizados de quienes sostienen el árbol generaciones atrás, morirían enterrados bajo sus propias raíces.
Si eres una oveja negra, acéptalo, vívelo y disfrútalo con orgullo. Como oveja negra de tu árbol, se valiente y mantente. Aunque tu clan parezca estar en contra, su clamor inconsciente te pide que continúes. Se fuerte y lucha por contar tu propia historia.
Que nadie te haga dudar, cuida tu «rareza» como la flor más preciada de tu árbol. Eres el sueño realizado de todos tus ancestros.
Para TodoSalud:
Vera Alaniz
Fuente: www.lavidalucida.com
 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *