Para las mujeres, la falta de sexo es la principal causa de crisis en una pareja. Los varones no asignan a las relaciones la misma relevancia.
Hoy, las parejas se separan por un mínimo conflicto, como si hubiera una impaciencia, una intolerancia. Como si el amor y a veces el sexo no bastaran para poder soportar al otro. Más de medio millón de argentinos se divorciaron en la última década. Este dato retrata a una sociedad en la cual el amor para toda la vida parece ser, cada vez más, un acto heroico. O una excepción. Sin embargo, la mayoría de las parejas son duraderas y estables. La ausencia de una actividad sexual regular, frecuente y satisfactoria es uno de los principales motivos de consultas por parte de las parejas en crisis. Y, contra lo que popularmente se sostiene, son las mujeres las que con mayor frecuencia acusan el impacto de esa insatisfacción, poniendo en duda la viabilidad de la pareja.
Tenemos la idea falsa de que el hombre está todo el tiempo pensando en el sexo, y aunque eso es en parte cierto, la mujer le da mucha más importancia a la calidad del sexo y a la satisfacción sexual que el hombre. Las causas del malestar masculino en la pareja no suelen estar tan frecuentemente atadas a lo sexual: Al hombre lo que lo afecta es cuando la mujer no lo sostiene. Los hombres son muy hijos de mamá, muy frágiles y muy bebé; aunque sean Rambo con los vietnamitas, después en casa son chiquitos y necesitan que la mujer adopte no una posición de madre, pero que esté allí cuidando, ocupadas de ellos y que los estimulen.

Teoría de las cuatro patas del banco

Hay cuatro condiciones para que una pareja sea estable y duradera:
*La primera consiste en tener relaciones sexuales regulares y relativamente satisfactorias. Si la pareja pierde este hábito, el vínculo se torna vulnerable.
*La segunda condición es que exista admiración mutua: “El hombre espera ser reconocido por lo que hace y la mujer, por lo que es”.
*La tercera pata es la comunicación: Tiene que haber momentos en los que se hablen, profundamente, íntimamente. Los varones se quejan más que las mujeres, y que la mejor actitud ante la protesta es escucharlos y darles confianza, sin contradecirlos ni humillarlos.
*La cuarta y última pata que mantiene en equilibrio el “banquito” es tener una actividad semanal en conjunto, que puede ser un deporte o un hobby, como ir al cine o al teatro. Atención: la consigna es que sea un programa solamente para la pareja, sin chicos ni familiares o amigos. Si están las cuatro patas, es muy probable que la pareja dure. No son una garantía de estabilidad, pero ayudan.
¿Podemos creer, entonces, en el amor para toda la vida?
Sí, claro. El amor es una pulsión que no se elige.
Investigación
de Vera Alaniz para TodoSalud
Sobre entrevistas y textos del Dr. Juan David Nasio nacido en 1942 en Rosario.
Inició su formación en el Hospital Evita ex Araoz Alfaro, de Lanús.
Radicado en París, discípulo de Jacques Lacan.
Psiquiatra especialista en relaciones humanas, autor de varios libros.

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