Piernas de mujer

Se calcula que un tercio de la población adulta padece de esta enfermedad que se manifiesta por várices, edemas, manchas en la piel, calambres nocturnos, prurito, piernas inquietas y grandes molestias en las extremidades.

La sensación de hinchazón, pesadez, prurito e incluso dolor en las piernas es el síntoma habitual del síndrome que altera la calidad de vida de las personas.

Normalmente la circulación sanguínea permite el aporte de oxigeno a distintos órganos y tejidos a través de las arterias.

Si existe una alteración, el retorno de sangre pobre en oxígeno al corazón a través de las venas, se hace evidente cuando la circulación se enlentece.

La función de retorno alterada hace que la sangre se estanque en las venas y que sus paredes se dilaten. Esto trae alteraciones funcionales importantes que van agravándose con el paso del tiempo, llevando al paciente a la insuficiencia venosa crónica.

Factores de riesgo para desarrollar la insuficiencia venosa crónica

• Sedentarismo

• Ropa ajustada

• Calor

• Permanecer mucho tiempo de pie

• Dieta pobre en fibras

• Embarazo

• Anticonceptivos orales

• Antecedentes familiares

• Obesidad

• Edad

• Tabaquismo

• Trombosis venosa

¿Cómo evitar la insuficiencia venosa crónica?

• Reducir café, té, gaseosas cola.

• Ingerir agua (2 litros o más por día).

• Dormir de 7 a 8 horas diarias.

• Caminar 30 a 40 minutos por día.

• Usar zapatos con 3 o 4 cm. de taco.

• Evitar frío o calor intenso.

• No usar ropa ajustada porque podría interferir con la circulación venosa normal.

• Seguir las instrucciones médicas.

• En lo posible, mantener los miembros inferiores elevados cada 2 horas por unos minutos.

Sentir las piernas cansadas

Actualmente el motivo de consulta “cansancio en las piernas” ha ido en aumento.

Si duelen las piernas, los tobillos se hinchan (edema) especialmente en las noches, dando calambres y pesadez en las extremidades inferiores con sensación de hormigueo: entonces podemos afirmar que las várices están dando sus primeros síntomas.

Las várices no son otra cosa que la dilatación del sistema venoso superficial (cuando es visible), y el sistema profundo, en donde las paredes de las venas se han vuelto tortuosas y ha habido ruptura de sus válvulas.

Se debe valorar al paciente de manera global y cambiar ciertos hábitos negativos.

Suelen aparecer las várices como “arañitas” muy visibles que obligan a la consulta médica.

Al existir una ruptura de las válvulas venosas en las venas profundas, el flujo ascendente normal circulatorio se afecta. La sangre regresa produciéndose un reflujo que por acción de la gravedad va dirigida a venas superficiales “dilatándolas”. El resultado es la alteración de la circulación.

La mala circulación y la alteración de las paredes venosas, pueden aparecer en las piernas y otras zonas como los genitales: varicocele, hemorroides, etc.

Las várices que no reciben el adecuado tratamiento son las que forman la “ulcera varicosa”. La ruptura de la vena es llamada varicorragia.

Cuando la vena forma coágulos en la sangre puede producir tromboflebitis. Esta complicación se puede prevenir, pero sin tratamiento, puede llevar a la muerte del paciente.

Además este trastorno circulatorio produce cambios tróficos en la piel.

Las ulceras varicosas pueden tener complicaciones, presentando al individuo, procesos infecciosos graves que determinarán su internación, para seguimiento clínico y muchas veces quirúrgico.

En conclusión, es una enfermedad en donde la medicina preventiva es importante, teniendo en cuenta que se conocen los factores que pueden determinarla.

Realizar masajes ascendentes, iniciando desde los dedos y planta del pie, 2 veces por semana, con una emulsión adecuada que contenga activos que mejoren la circulación, es una forma de comenzar a prevenir y mejorar.

Cuidar nuestra salud también es cuidar nuestras piernas; ellas son el apoyo del cuerpo. Si le damos el adecuado trato, nuestros miembros inferiores, integrados funcionalmente a nuestro cuerpo, acompañaran nuestros años saludablemente.

No dude y consulte con su especialista.

Sobre la autora
Dra. Lilian Gómez Delía
www.liliangdelia.com

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