Un antioxidante es una molécula capaz de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas. En otras palabras, es una sustancia que en el caso del organismo actúa protegiéndolo, ya que detiene gran parte de los procesos de oxidación que dañan a las células.

Las formas de vida actuales, conducen en gran medida a que las defensas propias del organismo se vean absolutamente desbordadas. Esta sobrexigencia continua del cuerpo sin una prevención adecuada, conlleva a que tarde o temprano comiencen a manifestarse enfermedades tales como la diabetes, hipertensión arterial, arteriosclerosis, e incluso cáncer.

Entre algunos factores que contribuyen a esta agresión contínua al organismo ocasionando desórdenes en el mismo, podemos destacar mayormente:

-El estrés
-Los gases nocivos del tabaco
-Las formas de contaminación ambiental y acústica
-Los agregados químicos de los alimentos (edulcorantes, conservantes, saborizantes, estabilizantes, turbidizantes, aromatizantes, etc.)
-Los agentes químicos utilizados en el cultivo de vegetales (fertilizantes, plaguicidas, etc.)
-Las radiaciones nocivas
-Alimentación deficiente u otros trastornos en la alimentación
-Ingesta de alcohol
-Utilización de ciertos medicamentos
-Contaminación de metales pesados en el ambiente y en el agua

Gran parte de los estudios científicos modernos, concuerdan en la estrecha relación entre los fenómenos de oxidación celular, producidos por los radicales libres, y la mayoría de las enfermedades que atacan al ser humano. La ingesta balanceada de antioxidantes que logren neutralizar una elevada cantidad de radicales libres, puede prevenir en gran medida la aparición de enfermedades y la detención de muchas otras.

Es importante destacar que los compuestos por excelencia con mejor actividad antioxidante, son los de origen natural. A modo de ejemplo se puede mencionar el caso del beta-caroteno:

El beta-caroteno es un pigmento natural contenido en elevada concentración en especies vegetales, como es el caso de la zanahorias y en las microalgas spirulina. En particular la Spirulina contiene entre 30 y 50 veces más beta-caroteno que la zanahoria. Si su origen es natural, el beta-caroteno posee una estructura molecular predominantemente establecida (cis), que difiere ligeramente de la forma que caracteriza a los betacarotenos sintéticos (trans). Esta diferencia hace que la bioactividad de este último (trans) sea alrededor de diez veces inferior. Paralelamente, se ha determinado que el beta-caroteno sintético (all trans) actúa en realidad como “pro-oxidantes”, es decir, que dañan las células y pueden conducir al cáncer.

Sobre el autor:
Lic. Eric G. Strembel
NutraCenter® – Biblioteca de Ciencia, Técnica y Nutrición
Hydro-Grow® Laboratorios
www.nutracenter.org

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