Tai Chi - Qi Gong

La actual curiosidad que se ha despertado por todo aquello que se vincula a Extremo Oriente y su repentinidad, ha acarreado no pocas confusiones. 

“ Yoga Chino”, “Gimnasia Pasiva”, “Meditación Dinámica”, “Danza Antiestrés”, y hasta “Acupuntura en Quietud y Movimiento” son algunas de las acepciones con las que se define al Qigong en medios no chinos. La práctica del Qigong hoy cuenta con un número de practicantes que se ha incrementado a unos 60 millones en el mundo entero. Ninguna otra actividad fisiátrica ni deporte de masas se ha desarrollado con semejante rapidez. En China, las plazas amanecen colmadas de practicantes, ejecutando sus armoniosas figuras “en cámara lenta”.

El Qigong ofrece a personas de cualquier edad y condición física (puede realizarse hasta en silla de ruedas o aún postrado en la cama), beneficios para salud general y optimización del funcionamiento físico, anímico y mental. 

¿En qué consiste el Qigong? 

Básicamente, en la habilidad para absorber esa Esencia Vital que nos rodea por doquier (e incluso, nos conforma) mediante la respiración por Nariz y Poros; para fijarla luego en los diversos Almacenes del cuerpo ponerla a circular por los Meridianos con la dirección de la mente; y facilitar esta irrigación del Qi a través de las suaves posturas (dinámicas o estáticas) Dado que en todo el proceso los puntos de Acupuntura son optimizados, se ha dado en llamar al Qigong “Acupuntura sin Agujas” o “Acupuntura en Movimiento”.

Numerosísimos estilos de Qigong han surgido inspirados en los movimientos y rutinas de quienes más saben cómo aprovechar naturalmente el Qi del Universo: los Animales, las Plantas, los Campesinos, los Poetas y hasta los mismos “dioses” de la Mitología China: El Qigong del Tigre, del Ciervo, del Oso, de la Grulla Blanca, del Grillo, son algunos de los miles de ejemplos resultantes.

¿Qué entendemos por Tai Chi? 

De tomar su ideograma, podríamos traducirlo, como “Arte Supremo del Hombre, a través del que se cultiva entre efluvios totales del Cielo y de la Tierra con la misma naturalidad con que lo hace un árbol, y actuando y manifestándose con idéntica naturalidad”.
Su origen habría comenzado hacia el siglo XVIII con el linaje familiar Chen en la aldea de Chen Chia-kou, actual provincia de Hunan, respondería a posteriores desarrollos de este principio.

Existen diversas “escuelas históricas” de Qigong, como ser la Taoísta, Budista, Confuciana, Campesina etc, las que se distinguen por sus finalidades y caminos para alcanzarlos. Una de ellas es pródiga en modalidades para “arreglar desarreglos” orgánicos mediante una adecuada distribución del Qi por el Cuerpo humano. Esta es la Escuela “Médica” del Qigong, dotada de un importante vademécum de ejercicios específicos. Problemas tales como Diabetes, Migrañas, Lumbalgia, Reumatismo, Hepatitis, Cardiopatías, Hipertensión, Miopía, etc. Por regla general, estos son suaves y no forzados, a diferencia de las formas gimnásticas de Occidente.
De allí su efectividad especialmente, para personas con problemas motores, discapacidades diversas y para la llamada Tercera Edad.

Una universalidad ya expresada hace miles de años en el Canon Interno del Emperador Amarillo (texto obligatorio en todas las universidades médicas de China) donde el Qigong tiene como meta final “la Felicidad de todos los seres bajo el Cielo”.

Sobre el autor
Prof. Alejandro Diaz Manzanelli
manzanel@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *