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Trabajar la flexibilidad

Con más propuestas de clases en los gimnasios, en el entrenamiento personal, o en cualquiera de las manifestaciones existentes, hoy los docentes del movimiento debemos crear mayor conciencia sobre la importancia de esta cualidad física en el estado corporal y espiritual de cada persona.

Aunque en el mundo del fitness la palabra más popular para referirse a flexibilidad es stretching, lo cierto es que éste es uno de los tantos métodos para trabajar la flexibilidad. Al igual que la fuerza, la resistencia, el equilibrio, la coordinación y la velocidad, se trata de una cualidad física cuya importancia (parece) todavía no se ha alcanzado a entender. Si bien es cierto que los buenos profesores al comenzar una clase o entrenamiento proponen hacer estiramientos dentro de la entrada en calor para poner el cuerpo en estado óptimo para ejercitarse, al igual que al finalizar, realizan estiramientos para volver el cuerpo a su estado de reposo; en ningún caso estos son trabajos de flexibilidad.

La flexibilidad tiene dos componentes fundamentales a trabajar: por un lado la elongación muscular, por el otro la movilidad articular. Actualmente existen muchas controversias respecto de los métodos que permiten trabajar sobre ambos, pero el punto mas conflictivo es el de la elongación muscular.

Hay quienes sostienen que para poder elongar un músculo tiene que haber un estiramiento de éste, sostenido en una cantidad de tiempo mínima como para que neurofisiológicamente el cuerpo “envíe” al músculo la orden de que “se puede relajar” y de ese modo que no actúen los reflejos. Sobre todo el llamado reflejo miotático que ante una acción provoca una reacción. Es decir que en cuanto el músculo siente algún estímulo, este se contrae.

Si el entrenando se queda una cantidad determinada de tiempo en la misma posición estirando lenta y suavemente, entonces aparecen otros reflejos que anulan al miotático y desaparece el “peligro” que podría ser la ruptura del músculo. Este recurso se utiliza por ejemplo en el denominado: Método Pasivo.

Sin embargo hay otra línea (que también es científica) y asegura que para alcanzar este objetivo debe haber una muy sutil contracción isométrica sostenida del músculo a elongar, durante también un determinado tiempo mínimo.
La mejor forma de entender esta segunda teoría es aclarar los dos tipos de contracciones del músculo. La contracción denominada isotónica es la que implica movimiento de palancas, de articulaciones. La contracción isométrica es aquella donde no hay movimientos articulares.

Como parece ser que la única y verdadera función del músculo es la contracción, la única manera de elongarlo con el objetivo de mejorar la flexibilidad sería (para esta teoría) sosteniendo una leve y constante contracción isométrica.

Es un método casi opuesto al anterior pero del mismo modo aplicable, que proviene de los estudios realizados por la Reeducación Postural Global (RPG)

Sobre el autor
Marcelo Levin
info@marcelolevin.com.ar 
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