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Cuidado con el café

El café no es primariamente un alimento ni una bebida. Es básicamente un poderoso estimulante físico y mental.

Socialmente aceptable, fácil de obtener, su ingrediente primariamente activo la cafeína (trimetildioxipurina), es un alcaloide blanco cristalino. Tiene otros estimulantes, como la Trigonellina, elemento Importante de la nicotina, así como aceites y ácidos aromáticos. 

Actuando directamente en el cerebro sobre la médula, estimulando todo el sistema nervioso, aumentan la respiración y pulsaciones así como la presión sanguínea. El hígado libera el estrógeno almacenado en forma de glucosa, aumentando el nivel de azúcar sanguíneo, infundiendo una sensación de elevada energía y suprimiendo el apetito. Ocurren asimismo definidos efectos psicológicos, aumento sensorio del conocimiento, experimentándose una mayor intensidad en los colores y sonidos. El cerebro anterior, sitio de las funciones conscientes e intelectuales, es estimulado, intensificándose ciertos tipos de actividades mentales. No es accidental que sea el café parte integral de la vida de la mayoría de los académicos, escritores y científicos.

Pero, toda esta sustancial bonificación de energía física y mental no deja de tener su precio. Una taza de café trae su cola y no existe rápida elevación sin caída precipitada. En el correr de una a dos horas, la réplica de la insulina pancreática ha retornado el nivel de azúcar sanguíneo a normal o bajo normal. La persona puede sentirse cansada, agitada, desconcentrada y hasta deprimida. La mente se vuelca hacia otra taza de café.
La calidad distractiva, la inaccesibilidad emotiva y los olvidos del «profesor distraído» pueden significar estadios avanzados de toxicidad cafeínica.

La mayor parte de los cafés descafeinados son probablemente más perjudiciales que el mismo café. Este proceso se lleva a cabo remojando los granos de café en un solvente clorinado tóxico. El cloro se une a la cafeína mientras que el solvente es eliminado. Este proceso debe repetirse 24 veces, y aunque se supone que la mayor parte del solvente es removido, quizá sea sabio no correr el riesgo de tomarlo.

Para aquellos atraídos al café como estimulante, a quienes gusta beber algo caliente y delicioso cuando tienen una tensión corporal y mental, existen alternativas más suaves y benignas.

Todos sus efectos tales como claridad mental y facilidad de expresión nos están dados si comemos adecuadamente, efectuamos ejercicios regulares y llevamos una vida Integrada y satisfactoria. Para una persona que goza de buena salud, un paseo vigorizante y una ducha fría son estimulantes tanto o más poderosos sin efectos colaterales.

Sobre el autor
Guillermo Yamiz
Educador con orientación macrobiótica.
Director de la Revista Eclipse y responsable de Productos El Duende. 
Para más información: elduendeva@yahoo.com.ar

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