Las semillas encierran todo un potencial energético. Poseen oligoelementos vitales para un buen funcionamiento cerebral; proteínas, de buen valor biológico que nuestro sistema digestivo transmuta en aminoacidos, indispensables para nuestro organismo en general.
Cada semilla posee el gen propio de su especie, que se traslada a su futura descendencia. No por casualidad la palabra semilla esta relacionada con la palabra semen (simiente-simil-similar). Muchas de estas semillas poseen virtudes terapéuticas, preventivas y curativas, pero, es de vital importancia el saberlas utilizar. La mayoría de las personas no saben cómo utilizarlas adecuadamente.
Muchas veces se escucha que tal o cual semilla tiene ciertas propiedades etc… esto puede ser cierto, pero, más aun sería adecuado informar sobre posibles contraindicaciones por su uso indebido. Es importante saber acerca de la compatibilidad digestiva para que esos nutrientes se asimilen bien. Un uso indebido de semillas puede ocasionar inconvenientes que pueden llegar a repercutir en nuestra salud.
Ejemplos
La semilla de lino: personas con intestino expandido por diarrea «yin» deberían evitarlas, más allá de las propiedades que ellas posean.
Las semillas de zapallo que son útiles para drenar el exceso de líquido acumulado en el organismo ¿Cómo utilizarlas?
Las semillas de mostaza tienen uso externo también ¿Pero cuál utilizar? ¿La amarilla o la negra?
Cuando hablamos de semillas, también nos estamos refiriendo a las nueces, almendras, legumbres, cereales integrales; semilla es todo lo que puede germinar brotar…. la cascara externa de la nuez sirve para tratar cuadros de diarrea; la pimienta negra para problemas respiratorios, en dosis adecuada, sino podría dar el efecto contrario al buscado; el fenogreco es bueno para debilidad y anemia, pero su exceso puede perjudicar al hígado.
Sobre el autor
Guillermo Yamiz
Educador con orientación macrobiótica.
Para más información: elduendeva@yahoo.com.ar