A través de ellos se produce la conexión e intercambio con el mundo que nos rodea y cuando están equilibrados transmitimos salud y nos sentimos armonizados.
Cuando el funcionamiento de los chakras es normal, cada uno de ellos estará abierto, girando en el sentido de las manecillas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de energía universal «prana» o «chi» que tomamos a través de la respiración. Cuando el chakra gira en sentido contrario a las agujas del reloj, la corriente fluye del centro hacia fuera, con lo que interfiere el metabolismo. Por tanto, se dice que el chakra está cerrado o bloqueado a las energías que llegan.
Los centros de energía o chakras son vórtices energéticos espiralados por donde se genera, recicla y se pone en movimiento la energía que circula en nuestros cuerpos no solo el físico. Son como estaciones receptoras y transmisoras de diferentes frecuencias y cualidades de energía desde la más básica, primitiva y material hasta la de más alta frecuencia o transpersonal. Estos 7 centros o vórtices de energías son los fundamentales están íntimamente relacionados con el sistema nervioso central y cada uno con un plexo nervioso que corresponde al área donde se ubica cada chakra así mismo como las glándulas endocrinas.
La mayoría de las personas tienen tres o cuatro chakras que giran en sentido contrario en un momento determinado. Como los chakras no sólo son metabolizadores de la energía, sino que también la detectan, sirven para proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea. Si bloqueamos algún chakra, no dejamos que entre la información. Por tanto, cuando nuestros chakras fluyen en sentido contrario a las agujas del reloj, hacemos salir nuestra energía enviándola al mundo, detectamos la energía que hemos enviado y decimos que eso es el mundo. Es lo que en psicología se llama proyección.
La realidad imaginaria que proyectamos al mundo guarda relación con la «imagen» que nos hemos formado de aquél a través de nuestras experiencias infantiles, a través de la mente del niño que fuimos. Dado que cada chakra está relacionado con una función psicológica específica, lo que proyectamos a través de cada uno de ellos estará dentro del área de funcionamiento de dicho chakra y será algo muy personal, ya que la experiencia vital de cada persona es única. Esto último se traduce en algún desequilibrio psicofísico…en el cuerpo: tensión en los músculos, rigidez en las articulaciones, insomnio, alteraciones en la respiración, en lo emocional: ansiedad, ataques de pánico etc. Alguno de estos podemos revertirlos con la ejercitación y como método preventivo.
Sobre la autora
Prof. Adriana Vanni
avanni@speedy.com.ar
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