Respirar es sinónimo de vivir. De hecho podemos estar días sin beber y semanas sin comer… pero no más de unos minutos sin respirar.
A fin de cuentas la respiración sustenta todas las funciones vitales y es un elemento clave para la buena salud física y mental. Sencillamente, sin aire no hay vida. sin aire puro y de calidad no hay salud ya que son numerosas las dolencias que pueden aparecer cuando pasamos mucho tiempo en ambientes cerrados y cargados. En cambio, un aire de calidad nos permite pensar más claramente, dormir más profundamente y estar más sanos.
La importancia de los iones
Los iones son diminutas partículas cargadas eléctricamente. Están presentes en el aire y, por tanto, forman parte de todos los ambientes en los que nos desenvolvemos.
Los iones positivos que generan el aire acondicionado, la calefacción, el humo de los cigarrillos, las fibras sintéticas todo tipo de aparatos eléctricos, lámparas fluorescentes, etc., vician el aire y pueden considerarse causa de debilidad, ansiedad, depresión, insomnio y enfermedades respiratorias, entre otras dolencias.
¿Comprende ahora por qué se «siente mal», pesado, somnoliento, falto de energía e incluso dolorido después de pasar muchas horas encerrado en determinados lugares?
La presencia de una mayor carga de iones negativos favorece el bienestar y el funcionamiento de todos los sistemas biológicos además de mejorar nuestro rendimiento intelectual, permitir un sueño profundo y reparador, normalizar las actividades de las glándulas endocrinas, activar la circulación de la sangre, revitalizarnos, ayudarnos a respirar más y mejor, aumentar nuestra resistencia a las enfermedades, hacer desaparecer dolores de cabeza y la sensación de fatiga , en fin, todos los síntomas que provoca la positividad eléctrica del aire
Los negativos, los saludables
Los iones negativos poseen importantes propiedades terapéuticas para nuestra salud y, afortunadamente, la madre Naturaleza nos ofrece distintas fuentes naturales para obtenerlos. Por eso siempre que esté a su alcance acérquese a algún paraje donde las plantas, el agua, la brisa del mar o el sol le permitan librarse de los iones positivos y recargarse de los negativos. Y si no puede hacer una escapada a la naturaleza recurra a algo que está al alcance de todos para recibir una benéfica descarga de iones negativos que le ayude a reponer las energías: dése una simple ducha. Lo notará.
Reduzca los iones positivos de su entorno
Renueve el aire seco o viciado ventilando bien el lugar, colocando plantas, fuentes de agua, lámparas de sal o aparatos ionizadores.
Efectos de los iones negativos en el organismo
Mejora de dolencias del sistema respiratorio: bronquitis, sinusitis, asma bronquial, alergias, etc. La presencia de iones negativos en el aire favorece la eliminación de la mucosidad que retiene las impurezas del aire (polvo, humo, contaminación, microorganismos) facilita la purificación de la sangre venosa.
-Mayor dinamismo y bienestar general.
-Disminución de la fatiga y dolores musculares.
-Aumento de la actividad sexual.
-Eliminación de la agresividad y la ansiedad.
-Acción sobre las afecciones de la piel por causas alérgicas.
-Rejuvenecimiento general físico y mental.
-Recuperación de la memoria.
Ionización y medicina
A lo largo de los años los beneficios terapéuticos de la ionización han quedado demostrados por multitud de investigaciones y estudios de todo tipo. De ahí que cada vez más profesionales de la salud reclamen la instalación inmediata de aparatos ionizadores en todos los hospitales y centros de salud ya que se ha comprobado que no sólo previenen la propagación de infecciones sino que además ayudan a mejorar la salud de los pacientes hospitalizados.
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