La Aromaterapia y la Fitoterapia ofrecen un sin fin de posibilidades con efectos terapéuticos sobre el aumento o disminución de la temperatura corporal y ambiental, como así mismo, su indiscutido poder sobre la corporeidad, los estados emocionales y energéticos.
Según la Medicina Tradicional China, durante el verano, estamos transitando por la estación que rige el elemento fuego (calor). Los efectos positivos se relacionan con la alegría, la plenitud de la energía, los logros y la conquista. El fuego ilumina y se eleva hacia su cenit. El corazón, la circulación y los intestinos son los órganos dominantes y más expuestos a sus efectos.
Sin embargo, el exceso de fuego-calor puede afectarlos negativamente a causa del aumento de la temperatura ambiental. La energía sube, porque el fuego sube, asciende y la plétora puede bloquear la mente (agobio, confusión, desmayos). El calor en exceso dilata, seca y estanca el agua (pies y cuerpo edematizado, circulación deficiente).
Desde la perspectiva de la Fito-Aromaterapia, es eficaz utilizar hierbas y aceites esenciales refrescantes, preferentemente de aquellas que florecen y dan sus frutos en verano, cuya misión es aportar alivio sobre los efectos más comunes durante la estación. Son plantas que actúan como remedios naturales capaces de corregir la plenitud del calor y devolver la frescura que cada mortal busca en estos días. Son antisépticas y vasoconstrictoras. En este sentido, la fito-Aromaterapia es una terapéutica natural que ofrecen una multiplicidad de posibilidades, no solo para que podamos transitar los días estivales mucho más aliviados en la percepción de la disminución de la temperatura, sino, como verdaderos coadyuvantes para atenuar los síntomas que puedan aquejarnos en los distintos planos de nuestra existencia.
A continuación, encontrarás algunos consejitos a tener en cuenta para llevar un poco de frescura y respirar aliviados por los caminos sombreados de la naturaleza.
Tips para tener en cuenta
El agua, calma el fuego.
El verde de las hierbas, calman el fuego.
La frescura colorida de las flores, calman el fuego.
Las frutas cítricas, las que penden de la vid, calman el fuego.
Una palabra amable, una sonrisa sincera, un pensamiento templado, un espíritu en paz, calman al fuego y lo mantienen encendido en su justo equilibrio.
No hace falta mucho, con poco alcanza, a veces solo pequeñas dosis son suficientes para curar o aliviar, para resaltar y embellecer. La naturaleza está hecha de dones. Dones concedidos por el “Gran Hacedor”. En su divina provisión puede descansar nuestra fe.
Algunas fórmulas para probar
• Frío en los pies: Solo 2 gotas de a.e. de menta mezclada en una base para distribuir en la planta de los pies, reduce notablemente el calor corporal, el cansancio y la fatiga.
• Frío en el cuerpo: 5 gotas en la bañera con menta te dará una sensación gélida aunque el agua esté caliente.
• Frescura en el hogar: 5 gotas en el hornillo de la fórmula de a.e. de lavanda +naranja + toques de menta.
• En tus vacaciones: Recuerda colocar en la guantera del auto un perfumante de Verbena o verbena-manzana. Un splash puede despertarte y reanudar los ciclos de energía cuando te sientas cansado o adormecido. El uso de la verbena, no reemplaza el tiempo necesario de tu descanso y las correspondientes paradas durante el camino.
• Tu bolso devenido a botiquín: Imprescindible llevar Alcohol en gel, ahuyentador de mosquito, a.e de árbol de té (antiséptico, fungicida), citronela, geranio (para alejar insectos), limón (antihemorrágico), menta (refrescante), eucalipto (respiratorio). Extracto glicólico de Árnica y caléndula. Estos auxiliares son muy necesarios ante picaduras de insecto, cortaduras o golpes. Emulsión de caléndula, entre otros productos aromáticos. Además de toalla, cintas adhesivas, algodón y vendas.
• Por aire o por mar: Si viajar en avión o en barco son causantes de mareos, la solución está en el jengibre y el limón. Unas gotitas de estos a.e. en el pañuelo eliminará este desagradable síntoma.
Si incorporas algunos de estos tips, seguramente, el verano será más suave y llevadero especialmente por aquellas personas que son sensibles a las altas temperaturas.
Sobre la autora
Graciela A. Domínguez