Para saber qué es la deshidratación, primero hay que saber qué es la hidratación. Una persona está hidratada cuando el aporte de agua y electrolitos correspondientes a las necesidades basales y pérdidas concurrentes son neutras, es decir, cuando el balance de lo que ingresa al organismo y los egresos son iguales.
Partiendo de esto se puede definir deshidratación como el estado clínico consecutivo a la falta de líquidos y electrolitos en el organismo. Puede suceder por varias causas, por ejemplo por aumento de pérdidas, o por causas intestinales como vómitos, diarrea, o extraintestinales como quemaduras, poliuria, y por falta de aporte.
La primera causa de deshidratación en el mundo es la diarrea aguda infecciosa. En esta intervienen varios mecanismos, por ejemplo vómitos que no permiten el ingreso de líquidos al organismo, diarrea que aumenta las pérdidas, fiebre y decaimiento, que producen una menor ingesta.
Síntomas:
Los síntomas dependen del grado de deshidratación. La forma más objetiva para establecer el grado de deshidratación es tener en cuenta el peso normal que debe tener la persona. Además es importante estar al tanto sobre los signos de deshidratación, por ejemplo:
- si el niño o bebé llora sin lagrimas,
- si tiene la boca seca con aumento de la sed,
- si orina menos,
- si no moja el pañal,
- si tiene los ojos hundidos, si está muy decaído, o si su respiración es agitada.
Prevención:
La leche materna es la mejor protección contra la deshidratación. Es importante el lavado de manos con agua y jabón antes de alimentar al niño, antes de preparar su comida y luego del cambio de pañales.
Es fundamental mantener la higiene de la casa, lavar regularmente cuchillos, tablas o mesadas utilizadas para cortar carnes crudas antes de cortar otros alimentos.
También es muy importante mantener la cadena de frío de los alimentos, conservarlos en la heladera. Lavar frutas y verduras, y mantener la basura cerrada.
Tratamiento:
El tratamiento depende del grado de deshidratación y cuadro clínico del niño.
La rehidratación oral es de elección en la deshidratación leve o moderada. Se previene hidratando al niño, ofreciéndole abundantes líquidos helados, fraccionados en pequeños volúmenes. Para poder recibir este tratamiento el niño debe estar en posición semi-sentado.
También se utilizan sales de hidratación oral desarrolladas por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para la Terapia de Rehidratación Oral (TRO). Cuando esta no es posible o fracasa se indica la hidratación por sonda nasogástrica. En caso de fracasar esta última se utiliza la hidratación endovenosa, requiriendo en estas situaciones de la internación.
En cuanto se logra la tolerancia oral se recomienda no suspender el pecho, no suspender la leche, no diluirla, utilizar azúcar, dar abundantes líquidos. No utilizar gaseosas ni infusiones caseras y reiniciar precozmente la alimentación con sólidos para prevenir la desnutrición.
Malestares que causan deshidratación:
La diarrea aguda es un problema muy común, que se autolimita. La severidad del cuadro está directamente relacionada con el grado de deshidratación en niños previamente sanos. Además de la frecuencia y volumen de las deposiciones, los vómitos deben considerarse un signo indirecto de severidad de mayor riesgo, y deben tenerse en cuenta en el tratamiento, ya que no permiten la hidratación.
Por lo tanto ante la presencia de gastroenteritis se pude iniciar la hidratación en el domicilio, pero si las pérdidas por diarrea son importantes, si el niño tiene fiebre alta de difícil manejo, si se lo ve desmejorado, decaído, si aparece algún signo de deshidratación, o hay presencia de sangre en la materia fecal, se debe consultar inmediatamente al médico.
El calor intenso es otra causa de deshidratación, frente al mismo los niños deben reponer el líquido que pierden por sudoración bebiendo abundantes cantidades de bebidas.
Sobre la autora
Dra. Maricarmen Di Fabio
Médica Pediatra – MN 74.318
Fundación Hospitalaria
www.fh.org.ar