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Lunares buenos y malos

Durante el verano, la alta exposición a los rayos ultravioletas (UV) trae consigo daños cutáneos y predispone a la aparición del cáncer de piel. Por esta razón, el autoexamen y los controles con especialistas para detectar nuevos lunares o manchas potencialmente malignas en la piel.

Termina el verano y comienzan los chequeos

Entre un 60 y un 70% de las visitas al dermatólogo durante estos meses del año corresponden al chequeo de lunares. El aumento de su tamaño (diámetro mayor a 6 mm) o el cambio de color, entre otros indicadores, debieran ser motivo de consulta. Asimismo, los rayos UV favorecen el envejecimiento prematuro de la piel y sus consecuentes dilataciones capilares, arrugas y manchas, particularmente en las zonas del cuerpo más expuestas al sol (cara, cuello y manos). En estas partes del cuerpo, la piel va perdiendo elasticidad, se vuelve áspera, se arruga, toma un color amarillo y manifiesta una pigmentación irregular.
La Dra. Beatriz Alarcón (MN-78409), perteneciente al Servicio de Dermatología de la Clínica San Camilo afirma que “todas las personas, sin importar el tipo de piel que tengan o la existencia de antecedentes familiares, deben controlar sus lunares y manchas, al menos una vez por año”.

Cómo revisar los lunares

Es un mito que cuanto más “grande” es el lunar, más peligroso es. Hay que estar atentos a:
*Un lunar o mancha nueva en la piel del adulto
*El rápido crecimiento de un lunar en tamaño y espesor
*Cambios de color o presencia de varios colores en un mismo lunar
*Picazón, sangrado o costras sobre el lunar
*Herida sobre el lunar que no sana en un tiempo considerable
Asesoró
Dra. Beatriz Alarcón
(MN-78409)
Servicio de Dermatología de la Clínica San Camilo
www.clinicasancamilo.org.ar

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