¿Qué sucede cuando postergamos la realización de determinadas acciones o la toma de decisiones que implican el logro de un objetivo? ¿Cómo influye en nosotros y en nuestro entorno? ¿Qué nos impide accionar?
Seamos sinceros, todos en algún momento tendemos a postergar determinadas tareas, acciones, por simple desgano o porque la consideramos tediosas, incómodas.
No confundamos postergar con establecer prioridades, en este caso nos organizamos de manera consciente. Cuando la actividad en cuestión se relaciona con el logro de un objetivo, es conveniente, ecológico, analizar los motivos de la postergación.
El primer paso es identificar cual es la intención que hay detrás de ese comportamiento.
Un principio de la PNL dice:
Toda conducta o comportamiento tiene o tuvo en algún momento una intención positiva (para algo me sirve, tiene un sentido para mí).
¿Cuál es la verdadera causa de la postergación?
Pereza, desgano, miedo al fracaso, falta de confianza en los resultados, consideramos que no es el momento adecuado, estrés, estados depresivos, falta de concentración, distracciones innecesarias. Creencias limitantes.Una vez que tengamos definida la causa de la postergación podemos buscar la forma de encarar a acción actuando de manera diferente.
¿Qué pasaría si esa tarea que te resulta tediosa le agregas un recurso motivador que la haga interesante y te permita lograr tu objetivo?
Por ejemplo: ¿Es conveniente que realice actividad física para lograr bajar de peso?, me disgusta hacerlo sola/lo. ¿Si invito a un amigo para que me acompañe, de esta manera será más entretenida? Así un cambio permite encarar la acción, buscando recursos, que permiten el logro del objetivo.
En su libro El manual del procastinador: el arte de hacer las cosas YA, Rita Emmett asegura: «El temor a realizar una tarea consume más tiempo y energía que hacer la tarea en sí. La evasión del deber no sólo aumenta la preocupación y procrastinación, sino que produce sentimientos de culpa que impiden un verdadero disfrute del tiempo libre».
En ocasiones postergamos esperando que se den las condiciones óptimas, tener todo bajo control, que garanticen el resultado deseado. ¿Es esto posible? No, ya que todo proceso de logro de un objetivo requiere de nosotros flexibilidad en la conducta que nos posibilite realizar nuevos aprendizajes, realizar cambios sobre la marcha, si son necesarios, para enfrentar los desafíos que se presenten.
Recuerde: Accionar supone audacia, decisión, compromiso, responsabilidad.
Las oportunidades están allí, esperando. Tú decides cuando aprovecharlas, puedes elegir entre decir “Tengo qué…” en un “Decido que…” de esta forma diriges tu energía hacia tus metas, cuando vas por ellas y accionas las cosas suceden.
“Los seres humanos necesitan ordenar su vida para dar lo mejor de sí mismos. El orden de nuestros días nos devuelve de muchas formas una imagen de nosotros mismos.” (L. Tornabene)
“Nada es tan fatigante como la suspensión eterna de una tarea sin terminar” (William James)
Sobre la autora
Lic. Juana Noli
Socióloga.
Trainer en PNL. Coach.
www.cambioconpnl.com.ar