in

Tortícolis

En la oficina, en el Gimnasio, de viaje o hasta cuando dormimos generamos movimientos bruscos en nuestro cuerpo que comprometen los músculos, causando deficiencias posturales, tensionales o emocionales. Muchos las llaman tortícolis, contracturas o durezas, pero ¿qué son en realidad?
La Tortícolis, es por definición la contractura muscular prolongada en la región de cuello, principalmente del músculo esternocleidomastoideo y de los músculos escalenos, la cual ocasiona dolor e impotencia funcional de la región.
Se puede originar por un lado, en el recién nacido, la cual surge por lesiones de la fascia muscular, por posiciones antalgicas en la vida intrauterina o por movilización durante partos expulsivos. En este caso, tras la lesión se origina un hematoma en dicha región que se sucede con la cicatrización de la misma y una retracción fibrótica del plano muscular, la cual causa la pseudo contractura y consecuente postura antalgica. Por otro lado se encuentran las tortícolis que no se ocasionan durante la vida neonatal y que tienen principalmente como etiología; movimientos bruscos que comprometen dichos músculos, y deficiencias posturales, tensionales y/o emocionales. A su vez, existen patologías llamadas «profesionales», ya que la tortícolis podría atribuirse a personas que pasan muchas horas en posturas con flexión de la columna cervical y dorsal, sin un buen apoyo de las mismas, como es el caso de los telefonistas, costureras, zapateros o en extensión de la misma en pintores o albañiles. Los síntomas principales de la Tortícolis son: el dolor en la región cervical, la limitación en la movilización de la cabeza, cefaleas, dolor exquisito en la región del músculo esternocleidomastoideo y la posición rígida de la cabeza en rotación invertida con el mentón apuntando al hombro contralateral.
Con respecto a su tratamiento, lo primero que hay que hacer es tener conocimiento de la causa. En caso de ser postural, evitar posturas forzadas en contracción o en híper flexión /extensión del cuello por tiempos prolongados (teléfono, computadora, almohadas altas, auto sin apoya cabeza, etc.), si la causa es tensional, evitar canalizar dicha tensión en la postura y complementariamente buscar la solución terapéutica.
En el caso de las tortícolis posturales se recomienda equipar los ambientes laborales con sillas de respaldo alto, con apoya brazos (y utilizarlas, obviamente), no permanecer más de 20 minutos en una misma posición sin ponerse de pie y elongar aunque sea 2 minutos, a la hora de descansar utilizar almohadas bajas o nada para el apoyo cefálico. Y en general, siempre es recomendable la realización de actividad física aeróbica y sin impacto (saltos, correr en superficies duras, rebotes) para mantener la musculatura cervical trófica. La consulta al Médico Especialista, se debe realizar cuando la sintomatología no calma habiendo modificado las posibles causas de la patología.
Por otro lado cabe destacar que muchas veces, cuando queremos aliviar el dolor inmediatamente recurrimos a masajes o «hacer sonar el cuello» con una persona inexperta, tener en cuenta que el masaje muchas veces puede causar alivio mediato y hasta efecto placentero, pero no es terapéutico, y en lo contrario en algunas ocasiones cuando el proceso inflamatorio es importante puede aumentar el mismo, prolongado el dolor. La movilización de la columna cervical está totalmente contraindicada si no la realiza un profesional. Las indicaciones para realizar la misma son muy pocas y las consecuencias de la mala realización muy importantes. Los ejercicios o trucos caseros para calmar la zona antes de que lleguen los síntomas de tortícolis, serían: una buena postura, buen descanso, actividad física y canalización de tensiones.
Sobre el autor
Dr. Diego Machado
Traumatólogo
MNº 114508
www.staffmedico.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

5 Apps For Finding Recipes For Ingredients You Already Have

9 Food Trucks You Need To Try In Melbourne