El interior y el exterior del cuerpo están conectados y forman una solución de continuidad con caminos de ida y de vuelta.
En la mirada de la filosofía médica occidental, se considera que los síntomas son una manifestación directa de la enfermedad. Pero actualmente sabemos, gracias al conocimiento que nos han traído las medicinas orientales, que los síntomas son la reacción del cuerpo ante la enfermedad mientras intenta neutralizarla. Por tal motivo, las técnicas de las medicinas naturales se ocupan de estimular en vez de suprimir las reacciones del cuerpo. Por distintos métodos pero con un denominador común, el respeto por los ritmos de la naturaleza, las medicinas naturales ayudan al proceso curativo, aprovechando las fuerzas naturales de recuperación del cuerpo.
Cuando el bazo cuyas funciones principales son la formación, almacenamiento y filtración de la sangre, se encuentra debilitado, el paciente será afectado por enfermedades degenerativas. El bazo está interconectado con el estómago y está representado exteriormente por la carne. Los pulmones se relacionan con el intestino grueso, están representados en el exterior por la epidermis (la piel del fumador envejece tempranamente). El corazón está vinculado con el intestino delgado y está representado exteriormente por las arterias. El funcionamiento coordinado de ambos mantiene la correcta circulación. En cambio, si se altera su vínculo, habrá tendencia a una circulación deficiente, venas varicosas, eritemas y desorden vascular.
El hígado se relaciona con la vesícula biliar. son órganos de filtración de suma importancia, representados exteriormente por los músculos.
Los riñones se representan exteriormente en el pelo, lo cual podemos observar con el paso de los años, por la presencia de cabello más fino y débil así como la pérdida del vello corporal. El riñón está asociado con la función suprarrenal y la energía vital que influye en todas las funciones. El bazo tiene la mayor acumulación de células reticuloendoteliales, se encuentran dispersas por todo el cuerpo con la función de asimilar las bacterias de todo el organismo, ejerce una acción de defensa inmunológica y previene contra las enfermedades degenerativas.
Las disfunciones del páncreas son muy importantes. Por desequilibrio enzimático, puede conducir a verter sus jugos directamente en la sangre en lugar de hacerlo por los canales fisiológicos. Esto disminuye la capacidad de absorción de los nutrientes y produce el cansancio de los órganos que se ven invadidos por sustancias que resultan tóxicas.
Los pulmones y el intestino grueso tienen funciones de resorción y desintoxicación. El hígado y la vesícula biliar representados exteriormente por los músculos, funcionan como reserva de la energía para el metabolismo básico.
La función primordial de los riñones y la vesícula biliar es la depuración. La piel deberá compensar en muchos casos, la eliminación reducida por parte de los intestinos y los riñones. Los problemas de ambos dan una propensión a tener tendencia a transpiración excesiva, eccemas, urticaria, pérdida de cabello y otros derivados de la falta de limpieza interna.
El hígado regula el metabolismo, su estado de salud se muestra en la piel. En caso de desorden hepático, la piel aparece demasiado seca o demasiado grasa, afectando algunas veces a los capilares adyacentes e influye sobre la aparición de venas varicosas.
Los desarreglos de bazo y del páncreas pueden producir forunculosis, eccemas, acné, eritemas, pústulas en cara y cuerpo, trastornos neurovasculares.
Sobre la autora
Graciela Pérez Martínez
Directora del Circulo Azul Camet
www.terapiabiomagnetica.com.ar