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Accidente Cerebrovascular (ACV)

Cuando se le pregunta a la gente cuál es el órgano más importante del cuerpo, la respuesta habitual es: el corazón. Sin embargo, un corazón dañado puede ser trasplantado, pero la verdadera esencia de las personas está en el cerebro, esa compleja máquina donde puede producirse una grave enfermedad: el accidente cerebrovascular.

Algunos números que preocupan

El ACV se trata, nada menos, de la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte en nuestro país. En la Argentina, cada cuatro minutos una persona es víctima de un ACV. Casi un 30% de los sobrevivientes queda con discapacidad permanente. Y, a las lesiones físicas cotidianas que genera (como alteración o pérdida del caminar, vestirse, comer, bañarse, hablar, entender o escribir) se suman discapacidades personales y laborales que precisan una neuro-rehabilitación no sólo biológica sino también educativa e interdisciplinaria.
Relacionado con esto, tampoco desciende la incidencia de los principales factores de riesgo, más bien todo lo contrario. La Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del año 2013, expuso algunas cifras que resultan preocupantes. El sobrepeso y la obesidad han mostrado un aumento con respecto al relevamiento realizado en 2009, con porcentajes del 37.1 y 20.8 respectivamente. Si bien el consumo de tabaco y la exposición habitual al humo de tabaco ajeno ha descendido (del 27,1% al 25,1% para el primer caso; y del 40,4% al 36,3% para el segundo caso), la prevalencia de presión arterial elevada se ha mantenido (con porcentajes del 34.8 para 2009 y del 34.1 para 2013). En cuanto a la prevalencia de colesterol elevado, se ha registrado un aumento del 29,1% al 29,8%, si se comparan ambas mediciones. De ahí la importancia de desarrollar programas específicos para combatir cada uno de estos factores de riesgo. Durante mucho tiempo se la describió como una patología de personas mayores. No obstante, en los últimos años, los especialistas se muestran preocupados por el aumento de casos en hombres más jóvenes.

¿Cuántos tipos de ACV existen?

Existen dos tipos de ACV: el ACV isquémico, que se produce por obstrucción de una arteria cerebral con repentina interrupción de su flujo sanguíneo (es el más frecuente, ocurre en el 80% de los casos); y el ACV hemorrágico, que se desencadena por ruptura vascular. Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden trabajar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de funcionar.

¿Cuáles son sus síntomas?

Generalmente, la enfermedad se caracteriza por presentar debilidad o adormecimiento de la cara, brazo o pierna, usualmente de un lado del cuerpo. También, puede presentarse dificultad para hablar, comprender o tragar; dificultad para ver con uno o ambos ojos; visión doble; pérdida del equilibrio o coordinación; vértigo; dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad, sin causa aparente.

¿Cómo actuar ante una emergencia?

Es importante saber que sólo uno de cada cuatro pacientes que sufre un ACV llega a tiempo al hospital, y la misma proporción es la que muere dentro del año posterior al accidente. Por eso, resulta fundamental reconocer los síntomas rápidamente para intervenir a tiempo, ya que únicamente dentro de las primeras seis horas aproximadamente de producido un ACV isquémico puede aplicarse el tratamiento específico que permita revertir o minimizar los daños.

¿Cuáles son sus factores de riesgo?

La posibilidad de tener un ACV aumenta con la cantidad de factores de riesgo presentes en una persona.
Los factores de riesgo del Accidente Cerebrovascular son los mismos que los de Enfermedad Cardiovascular:

  • La Hipertensión Arterial es el factor de riesgo más frecuente, y está presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina.
  • El control de la diabetes es esencial. En nuestro país el 22% de los pacientes que sufre un ataque cerebral es diabético.
  • El consumo excesivo de alcohol tiene una estrecha relación con el riesgo de sufrir hemorragias cerebrales.
  • El riesgo de sufrir un ataque cerebral aumenta entre un 50 y un 70% enfumadores, mientras que el impacto es mayor en mujeres.
  • El colesterol aumenta el riesgo de que se tapen las arterias, incluidas las que van al cerebro.
  • Otros factores de riesgo que pueden ser controlados son el sedentarismo, la obesidad y la drogadicción.

Todos estos son factores de riesgo modificables; pero existen otras condiciones que no pueden ser controladas:

  • La posibilidad de sufrir un ACV se duplica a partir de los 55 años de edad.
  • Los hombres tienen mayor riesgo con respecto a las mujeres.
  • Las personas con antecedentes familiares de enfermedad coronaria o cerebrovascular constituyen el grupo de mayor riesgo, lo mismo que quienes ya sufrieron un ataque cerebral.

¿Cómo se puede prevenir?

Resulta fundamental concientizar a toda la población sobre la importancia de adoptar estilos de vida y comportamientos saludables, a fin de revertir conductas que pueden resultar nocivas para nuestra salud, y la de nuestras arterias:

  • Estricto control de la presión arterial.
  • Abandono del cigarrillo.
  • Dieta saludable.
  • Ejercicio físico bajo supervisión médica.
  • Control estricto de la diabetes.
  • Control y tratamiento de las enfermedades del corazón.

Sobre la autora:
Dra. Laura Grynberg – MN 99592.
Fundación Cardiológica Argentina.
www.fundacioncardiologica.org
Facebook: Fundación Cardiológica Argentina – Página Oficial

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