El sauce blanco (salix alba) es un árbol originario de Europa, que crece en zonas cálidas del hemisferio norte, por lo que también se lo puede encontrar en el oeste de Asia, el norte de África y en algunas zonas de América septentrional.
Ha sido utilizado desde épocas muy remotas, existiendo escritos de Hipócrates, que datan del siglo V a.C., donde se hace mención de sus propiedades. También se encontraron constancias de su uso por los nativos americanos, que la aplicaban para combatir dolores de cabeza, fiebre, dolores musculares y reumáticos. De su corteza se extrae, entre otros componentes, la salicina, que es la base de la cual se deriva químicamente el ácido acetilsalicílico, más conocido como aspirina.
Numerosos estudios clínicos efectuados para comprobar las propiedades del sauce blanco han demostrado su efectividad para el tratamiento del dolor y la inflamación, estando especialmente indicado para los dolores musculares y articulares (artritis, osteoartritis). En razón que no posee contraindicaciones, salvo para aquellos que presentan reacción alérgica al ácido acetilsalicílico, puede ser utilizada tanto en uso interno (tisanas, cápsulas) como externo (en cremas, ungüentos, compresas).
Su principal componente, la salicina, posee propiedades analgésicas por ello es de gran efectividad para combatir las cefaleas, los dolores musculares, la fibromialgia, la ciática, el dolor de oídos, los dolores reumáticos, los dolores pre y post menstruales, entre otros.
También se utiliza como antipirético, indicado para estados gripales y de resfríos.
Además, la salicina se indica para la prevención de algunos tipos de enfermedades cardiovasculares, como los derrames cerebrales, la arteriosclerosis, los ataques cardíacos y la mala circulación, en general, impide la formación de trombos o coágulos en el interior de las arterias o las venas por acumulación de plaquetas. También posee propiedades cicatrizantes, constituyendo un poderoso revitalizante epitelial, por lo que es muy recomendado para la mejoría y cura de heridas, quemaduras, cicatrices, arrugas y estrías, evitando la infección en lesiones cutáneas abiertas.
Es, además, un tranquilizante natural, por lo que reduce los estados de nerviosismo, el estrés, permitiendo un descanso nocturno relajado y reconfortante. El uso del sauce blanco, por no causar daños en las paredes del estómago, está especialmente recomendado para aquellas personas que sufren alguna de las dolencias mencionadas y que no pueden consumir aspirina o antiinflamatorios químicos, por padecer problemas o afecciones digestivas o estomacales. Por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias es usado frecuente por deportistas que necesitan preparar sus músculos para el ejercicio físico, evitando que se produzcan desgarros o rotura de ligamentos ante la exigencia de la práctica, y también en forma posterior a la actividad, ya que desinflama y relaja las zonas del cuerpo que han sido sujetas a esfuerzo muscular.
Además, es ideal para combatir las contracturas que se generan, tanto a nivel cervical como dorsal y lumbar, por el trajín diario, las largas horas de trabajo, las malas posturas ante la computadora o el excesivo estrés. Por todo ello, el sauce blanco resulta altamente recomendable como medicamento natural analgésico y antiinflamatorio.
Sobre el autor:
Dr. Carlos Daniel Ducasse
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