Siempre el “dinero” es lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en nuestras preocupaciones y en la economía en general.
Es raro encontrar a personas que digan: “me siento muy bien con el dinero”, como también no es tan común oír a personas decir: “me siento muy en armonía con mi salud física”. Ambos puntos señalan una misma cuestión: “tanto la relación con el dinero como la relación con nuestro cuerpo o nuestra salud física esconden detrás cuestiones profundas de cómo vivimos y nuestras emociones en general”. El dinero es “un papel”, o más bien, un instrumento social emitido por un ente del Estado autorizado por ley con el objeto de que intercambiemos cosas. Nada más. Entonces, ¿por qué ese “papel” tendría tanto poder sobre nuestro estado de bienestar interior? Evidentemente las causas van más allá de su función instrumental tienden a mezclarse en las esferas psicológicas de cada uno. La raíz de todos nuestros problemas con el dinero es “emocional”.
Según nuestro desequilibrio emocional encajamos en algún “estereotipo de personalidad con el dinero”. Así existe, por ejemplo, “el avaro”, quien es una persona muy dominada por el miedo y busca seguridad a través de guardar “por si le pasa algo” o bien para “estar preparado por si las dudas…”. Es una persona que a pesar de poder tener una buena cuenta bancaria, tiende a vivir de manera precaria y con gran dificultad de disfrutar lo que ha logrado. Además es inseguro siempre a pesar de la cantidad de dinero que posea. Y así como existe la personalidad de “el avaro”, existe también su opuesto (pero similar en el desvío desde el miedo) que es el “despilfarrador”. Luego también están las personalidades de “el que vive en la pobreza” y “el compulsivo”, lo cual está muy bien explicado en el artículo “¿te duele el dinero?”.
¿Y cómo equilibrarnos con esta “cuestión”, o “energía” o “ámbito de nuestra vida” que es el “dinero”? La sugerencia de Walter Lübeck en su libro (recomendable para leerlo) “El tao del dinero”, donde bien explica que el dinero es “energía” transportada a través del simbólico del papel (porque los seres humanos le damos ese rol y creemos en él hoy) y cumple una función parecida a la sangre en el cuerpo: circula y da el suministro energético a cada parte del cuerpo. De este modo, como medio de transporte de energía, el dinero, “amplifica todo lo que toca”. Es por ello que si soy una persona egocéntrica, por ejemplo, y de repente tengo mucho dinero, se resaltará mi egocentrismo (al tener más poder de creación en el mundo) y viceversa si hoy humilde y tengo otras virtudes. Por ello están esos dichos populares de que “si le damos dinero a una persona realmente la conoceremos”. Así Lübeck nos muestra que el convivir con el dinero es convivir con una “energía poderosa” o una “herramienta” que podremos usarla más en función de nuestro ego o más en función de. “wu-wei”, (habitar la inacción, abandonarse a lo perfecto) del Tao o de la energía de la naturaleza. Pero en sí el dinero no es bueno ni malo, depende de nuestro uso.
Unos consejitos desde el Tao del dinero para nuestras vidas:
- Primero, estar en equilibrio con el karma, o sea, pagar consciente y voluntariamente nuestras obligaciones para que se mantengan equilibradas.
- Segundo, nuestros intercambios deben ser conscientes y amorosos, esto hace a un mayor beneficio para todas las partes.
- Tercero, “la ley del aprovechamiento óptimo de las energías de las fuerzas cósmicas” nos dice que si tenemos excedentes deberemos enviar a otros seres para que aumenten sus posibilidades creativas personales o recibirlos en caso contrario. También es importante garantizar el reflujo de energía al origen una vez terminado su uso. Es decir, devolver éticamente los préstamos que nos permitieron desarrollar nuestros potenciales.
Finalmente, desde las fuerzas cósmicas podemos entender que existe una Economía Cósmica y desde lo cual es recomendable asumir nuestra responsabilidad en nuestro “dar y recibir con el universo” (los demás seres humanos son parte de ese universo o Todo cósmico). Desde esta consciencia, el dinero es un instrumento pero debemos recordar de poner consciencia y amor a nuestros actos de “pagar” (dar dinero) y “cobrar” (recibir dinero) así como el “poner precios”, siempre desde una consciencia de ganar-ganar, es decir, desde una consciencia de unidad, buscando un beneficio conjunto. De este modo estaremos alineados siempre a las fuerzas cósmicas y la abundancia fluirá a nosotros por los medios necesarios (en dinero y/o en especies) siempre que queramos manifestar nuestros potenciales y nuestros sueños en el mundo. Y finalmente recordemos, la relación que mantengamos con el dinero depende de nosotros.
Te invito a hacerte responsable y a usar el dinero con consciencia y responsabilidad sabiendo que las energías cósmicas te acompañarán siempre en tu proceso de expansión como un artista de tu propia vida y manifestación en el mundo.
Investigación Para TodoSalud Vera Alaniz
Fuente: www.inspirulina.com