El Tai Chi-Chuan es una flor que se abre (Gran Maestro Wang Ju-Rong)
Tal vez uno de los más importantes desafíos en la actualidad, sea el de mantener un nivel aceptable de salud.
Todos conocemos las exigencias de la vida moderna y el ritmo acelerado que socialmente se impone a cualquier desarrollo. Sin darnos cuenta, nos encontramos estresados, mal alimentados, ansiosos, afectados emocionalmente, todas estas situaciones que deterioran nuestra salud.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Tenemos tres opciones posibles:
1.- Seguir igual, sin cambios, en pos de un beneficio económico, social, profesional dejando que nuestro destino sea manejado por las ciencias médicas y, en el mejor de los casos me tomo una pastilla para dormir, otra para despertarme, otra para la digestión, otra para la presión, otra para los nervios, otra y otra y otra.
2.- Buscar alternativas que me permitan seguir igual pero con algunos ajustes: ordenar el tiempo y la calidad de la alimentación, mejorar la agenda diaria dándonos tiempo para actividades que nos ayuden a disminuir la tensión (terapias, hobbies, actividades culturales y algún trabajo físico como mecanismo de descarga).
3.- Cambiar el paradigma de nuestra existencia y ordenar las cosas de acuerdo a su importancia, fundamental para nuestro crecimiento físico-espiritual-mental.
En las dos últimas opciones la elección de la actividad física es fundamental y, ante la gran variedad de oferta existente debemos tener presente:
1.- No conformarnos con descargar, sino algo que apunte a un desarrollo más integral.
2.- La actividad elegida nos debe gustar, ya que esta condición es indispensable para garantizar nuestra continuidad en la práctica de la misma.
3.- Buscar instructores o profesores capacitados y dedicados que estimulen nuestro desarrollo ya que esta es la base para que seamos alumnos consecuentes y felices.
La visión holística de la Medicina China Tradicional, nos presenta como pilares principales, entre otros, la respiración consciente y el movimiento, relacionados inseparablemente con la energía (CHI).
Hubo un momento en el que los Maestros del Chi-Kung sintieron la ¨necesidad natural¨ de combinar su práctica estática con movimientos marciales; así nace el Tai Chi-Chuan.
El conocimiento de estas disciplinas (Chi-Kung y Tai Chi) permaneció hermético durante siglos, y recién a mediados del siglo XX comenzó a transmitirse públicamente, siendo hoy una práctica muy difundida en todo el mundo.
Estas disciplinas se transmitían sólo dentro de los clanes familiares donde cada familia tenía su propio estilo. Las prácticas eran secretas y su liderazgo se legaba de padre a hijo, siendo muy raro que alguien ajeno al clan las presenciara.
Tan es así, que Yang Lu Chan, fundador del estilo YANG (el más practicado en el mundo) lo creó basándose en las prácticas que espiaba escondido en la casa de la familia Chen, para la cual trabajaba y a las cuales tenía prohibido asistir.
Sus movimientos lentos, armónicos y elegantes relajan nuestro cuerpo y mente, aumentan nuestra concentración, nos proporcionan confianza y alegría, mejorando nuestra capacidad física.
No obstante, algunos secretos de su práctica fueron revelados hace muy poco tiempo. Estos tienen que ver con el manejo del CHI, lo que algunos maestros llaman el ¨ toque marcial¨ o el ¨toque sanador¨ que transforman al Tai Chi-Chuan en mucho más que una práctica física.
Lamentablemente, muchos instructores desconocen esas características y sólo enseñan el Tai Chi en su aspecto físico. Si logramos entender y desarrollar el Tai Chi en forma integral, tendremos en nuestras manos una poderosa herramienta para nuestra evolución espiritual y un elemento sanador para nosotros y para los demás.
Sobre el autor:
Alfredo Diego Martínez
Terapeuta Corporal
Profesor de Tai Chi-Chuan
martinezalfredodiego@hotmail.com