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¿Siempre lo logramos?

Veterinario en casa
Es común cuando viene por primera vez el dueño de una mascota a una consulta homeopática encontrarnos con esta situación.
No se tiene idea de que es la homeopatía, pero nos dicen: “Vengo porque me dijeron que con unas gotas, unas pelotitas, no sé… ¿Mi mascota se va a curar?”. “Deme algo porque se porta mal”. “¿Tiene algo natural para viajar?”
Son todos los hechos distintos, y todos quieren algo diferente de lo alopático. Como que lo no oficial, la fitoterapia, las flores, la homeopatía es cosa de chamanes, brujos o algo así y es mágico, cura de todo y a todos. ¡¡¡ Hace maravillas…!!!
Otros directamente dicen: “vengo a probar por ahí resulta”, “me cansé o no me da resultado”. Cuando por ahí tampoco da resultado esta terapia. Eso sí todos saben que es lento, que cuesta…que primero empeoran y que después…
No siempre es lento, no siempre cuesta. No siempre empeora. Pero a veces no siempre cura. Cuando preguntamos que describa a su mascota, no saben por dónde comenzar, o no tienen idea de cómo es y muchas veces, la respuesta es: “estoy poco en casa y mi…(Fulano) que sí está sabe más…” ¿Y por qué no vino? “Está trabajando y no tiene tiempo…”
O sea esta mascota está sola, como cualquier mueble.
Como los argentinos somos esa rara ensalada de saber de todo, nos cuesta arrancar, nos cuesta escuchar, nos cuesta transmitir, eso de dejar que cada uno haga lo que sabe y esperar. Entender que unos tienen más conocimientos que otros. Y que todos nos podemos equivocar. Lo peor es que estamos en una ciencia inexacta donde uno más uno no siempre da dos, y nos quieren trasmitir que es exacta, como matemáticas. El mundo científico siempre tuvo grandes controversias sobre todo en los comienzos, ¿ahora estará más incrementado? Estoy convencido que aun hoy no saben por qué nos enfermamos o se enferman nuestras mascotas, las plantas etc. Y porque se curan o nos curamos.
Retrocediendo en el tiempo, el científico Claude Bernard (1813-1878) decía algo así sobre las enfermedades infecciosas que no sólo actuaba el agente patógeno sino que era necesario el terreno individual.
Luis Pasteur (1822-1895) al final de su vida, reconoce que el terreno es más importante que el microbio. Que el terreno es todo.
El terreno, el cuerpo. El ser.
Aun no entendemos por qué se enferman nuestros pacientes, como vamos a entender porque se curan o por qué unas veces con este medicamento se cura y otras veces no, aun teniendo el mismo diagnóstico. Nosotros como nuestras mascotas.
Considero que existe algo, que llamo energía. Que moviliza al ser vivo. Que ese ser vivo desde su origen es manejado por eso invisible y tan potente. La energía vital. Un organismo desarmonizado debe reaccionar para buscar su estado equilibrado de armonía. Podemos llamarlo salud y enfermedad.
Tomando parte de lo expresado por Hahnemann padre de la homeopatía que propone una serie de explicaciones para comprender el principio de la enfermedad y de la curación. Por supuesto no todos pueden aceptar estas ideas.
“Todo agente que obra sobre la vitalidad, desarmoniza más o menos la fuerza vital y produce cierta alteración en la salud del individuo por un periodo más o menos largo. -A ésta la llama acción primaria-. Esta acción puede estar dada por un medicamento u otra causa. A esta acción nuestra fuerza vital intenta oponer su energía propia. Esta acción de resistencia es una propiedad individual, es ciertamente una acción automática de nuestra fuerza vital de conservación. -A ésta la llama acción secundaria o reacción-.”
La respuesta propia de cada individuo es la que llevará a la curación por la ayuda de la medicación utilizada. Desde el punto de vista homeopático, consideramos que el cuerpo posee energía y la enfermedad por lo tanto, para afectar al organismo debe tener una energía que altera a la del cuerpo sano. Por lo tanto el medicamento debe tener una energía mayor a la de la enfermedad para poder desplazarla, anularla o destruirla.
Pero también depende de la energía del cuerpo enfermo alterado, de la fuerza vital de ese ser, para volver al equilibrio. Se espera que el medicamento actúe estimulando la respuesta secundaria del cuerpo generando la acción secundaria o reacción, y curación. Pero esto no siempre se da. ¿Por qué no se logra siempre?
Una respuesta podría ser el organismo no tiene la suficiente capacidad de respuesta, ya no tiene la energía suficiente para tal efecto. Porque de otra manera existiría la inmortalidad. No habría el deterioro senil, el desequilibrio dado por la actividad propia de cada ser. Pero no todos los desequilibrios son infecciosos, otros por la propia reparación orgánica, o sea de su recomposición – renovación celular. No todas las alteraciones son físicas, también es de su comportamiento.
Hay un desequilibrio, que no es orgánico, físico, como es el comportamiento de un animal que también causa problemas en la convivencia entre ellos y nosotros. Agresiones, marcación de territorio, destrucción. Temores que hacen a una mala relación. Una reacción semejante a los celos. En definitiva una alteración de la energía vital.
Con algunos medicamentos homeopáticos o florales, en sí energéticos, podríamos llegar al equilibrio y así volver a convivir sanamente con nuestra mascota.
¡Saludos! Hasta la próxima.
Sobre el autor:
Dr. Carlos Angeleri
Veterinario
angelericfmv@gmail.com
 

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