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Bienvenida Primavera

Relacionada con el elemento madera, la vesícula biliar y el hígado
En la primavera, la posición de la Tierra en su órbita alrededor del Sol es; aquella en la que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. Cuando esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama también equinoccio.
Y esta luz, da paso a una estación verde. El tiempo para plantar. Las semillas empiezan a germinar desde las profundidades del suelo, toda la naturaleza despierta a su verde, floreciendo hermosamente. Y este nuevo crecimiento también está en nuestra vida. Nosotros y la naturaleza podemos florecer conjuntamente en esta estación.
El elemento madera se refiere a las entidades vivas y a las que están en crecimiento, los árboles, las plantas y el cuerpo humano, las raíces, el tronco, y las ramas para los árboles y las plantas; la espina dorsal, extremidades y articulaciones para el ser humano. El desarrollo de la estructura de las raíces, así como su temprana nutrición a través del sol, el aire, agua, y la tierra, proveen la fuerza y el crecimiento al organismo.
El color asociado con este elemento no es otro que el color predominante en la primavera, el verde de las plantas jóvenes. Una persona que se siente muy atraída hacia el verde o que le disgusta el verde también puede estar expresando un desequilibrio en el elemento madera.
La naturaleza de la primavera y el elemento madera se describe como el comienzo o el crecimiento, En términos mentales, esto se corresponde al concepto de la “idea”. El elemento madera crea nuestra claridad mental y nuestra habilidad para focalizarnos, planificar y tomar decisiones.
En la parte física un desequilibrio en la madera puede conllevar a problemas de la columna vertebral, pobre flexibilidad o un débil enraizamiento del individuo.
La dirección de la madera es el “este”, de hecho el comienzo o la creación del día se inicia con la salida el sol por el este. Regula la mañana y un elemento madera saludable nos brinda la capacidad de levantarnos y mantenernos llenos de energía durante el día. Por otra parte, un hígado perezoso puede hacer que nos cueste levantarnos en las mañanas.
El clima que le corresponde a la primavera y al elemento madera es el “viento”, el cual se lleva lo viejo y trae lo fresco, el aire nuevo. El viento nutre a la madera. Sin embargo, demasiado viento puede ser dañino. Si la madera (o el hígado) está debilitado o lesionado por una sobre exposición a los vientos, podemos tener síntomas asociados al elemento madera desequilibrado, así como poca resistencia a las enfermedades, sensibilidad alérgica con sus varias manifestaciones, como sinusitis o problemas de irritación de la piel, ojos lagrimosos, etc., o la tan conocida alergia primaveral tan sufrida por muchos en estas fechas.
Los ojos son el órgano sensor que le corresponde al hígado y al elemento madera, la vista es el sentido, y las lágrimas constituyen los fluidos.
Las uñas, especialmente, las de los pies, son un indicador de la salud del hígado y el elemento madera. Ya que cada elemento tiene, además de su sentido del órgano, un “indicador” específico, y se pueden estudiar ambos para tener una idea de la salud/equilibrio de ese elemento.
El elemento madera está asociado con el sabor ácido, se dice que “el hígado ansía el sabor ácido”.
El elemento madera tiene entre sus cualidades el crecimiento, la flexibilidad, el impulso vital, el movimiento libre, y también la particularidad de ser fácilmente «inflamable». La emoción relacionada con la madera es la rabia y el sonido de “gritar”. Si sientes esta emoción, lo mejor es buscar una forma sana de expresarla. La rabia reprimida puede lesionar al hígado y a la vesícula biliar. En general, un balance de la energía te permite experimentar y expresar todas las emociones. El prolongarse en una emoción de cualquier tipo puede llevar a la enfermedad.
Una forma eficaz de descargar la ira es con profundos suspiros…
Los tejidos que rige la madera son los músculos, ligamentos y tendones: las partes que mantienen nuestra cohesión y nos dan fuerza y flexibilidad.  También es este elemento el que nos da la capacidad de control. La debilidad y fatiga muscular son dos posibles dificultades cuando este elemento se encuentra desequilibrado o cuando nos enfrentamos a un desafío o necesidad de cambio, podemos responder tratando de controlar nuestra conducta o la situación.
Los órganos relacionados con la primavera y con el elemento madera; el hígado y la vesícula biliar. Ambos necesitan espacio, libertad y por tanto cualquier tipo de estancamiento, obstrucción, bloqueo o represión tanto física, como emocional o mental impedirá el libre flujo de la energía en ellos y provocará rabia, enfado, agresividad… que aun bloquearan más la energía del hígado, generando un círculo vicioso de destrucción.
El hígado, es el órgano interno de mayor volumen y está localizado a la derecha, en la parte superior del abdomen. Esencialmente, el hígado almacena y distribuye los nutrientes para todo el cuerpo, está relacionado en la formación y descomposición de la sangre, y filtra las toxinas (materiales inútiles) de la sangre. Las células (hepáticas) del hígado hacen la bilis, la cual ayuda en la digestión, y almacena la bilis en la vesícula biliar para ser utilizada por los intestinos para la descomposición de las grasas y para facilitar la habilidad del intestino delgado de absorber los ácidos grasos.
La bilis es de color verdoso, es un líquido amarillo que contiene agua, sales de bilis, bilirrubina, colesterol, ácidos grasos, lecitina y algunas sales inorgánicas. La bilirrubina, el pigmento de la bilis, es un producto final de la hemoglobina, o sea, uno de los productos finales de la descomposición de la sangre.
El hígado ayuda en la metabolización de los carbohidratos, grasas, y proteínas, ayuda a mantener los niveles de azúcar en la sangre regulado por el cambio de las grasas (lípidos) y las proteínas (aminoácidos) en glucosa (el azúcar simple) y los regresa para su almacenamiento. Muchas de las enzimas que ayudan a catalizar las propias reacciones químicas internas del hígado son producidas por él mismo. El hígado también puede desactivar las hormonas de la tiroides y las sexuales, influyendo así en el metabolismo.
Es un órgano de influencia muy amplia en el organismo. Su energía es ascendente pero fluye en todas las direcciones y tiene un papel fundamental en cuanto a la sangre porque la almacena, la distribuye y la mantiene limpia. Las causas de desequilibrio pueden provenir de factores externos (en el caso del hígado, el viento, calor y humedad), por causas internas (exceso de sedentarismo, descuido en la alimentación, ira acumulada) o alteraciones de otros órganos que le afecten, por su relación con ellos. Por ejemplo, la frustración y el duelo, que afectan al pulmón, pueden llegar al hígado rápidamente y convertirse en enojo.
Los desequilibrios primaverales más típicos, se dan por los estancamientos de energía y el ascenso de excesiva energía Yang en el organismo. Cuando la energía del hígado se estanca, provoca un bloqueo que genera calor interno, hace aumentar el Yang y debilitar el Yin; recordemos que Yin y Yang son las fuerzas opuestas universales que mantienen la salud cuando están en equilibrio recíproco. Si llega mucho Yang (calor) a la zona craneana, se producen cefaleas tipo migraña, con dolor palpitante en un lado de la cabeza que suele llegar al ojo.
La vesícula biliar, esta se sitúa por debajo y en el borde frontal del área central del hígado. Almacena y secreta la bilis para la digestión, especialmente para la descomposición de las grasas. Concentra la bilis para permitir la absorción del agua. Si la vesícula biliar no puede funcionar apropiadamente puede causar gases y cólicos en el abdomen, sobre todo, en la parte superior, a la derecha del abdomen, así como dolores “referidos” en los hombros y en la espalda entre la paletilla de los hombros.
La energía del hígado estimula la digestión y asimilación de alimentos, ayudando al estómago y bazo respectivamente. Si atacamos esta zona con comidas extremas, muy grasas, picantes (mucho Yang) o excesivamente dulces y frías (mucho Yin) pueden aparecer síntomas digestivos y hepatobiliares más que de costumbre.
Hoy en día, debido a la rapidez con la cual tenemos que vivir, es muy difícil detenernos y pensar en cómo estamos comiendo. La naturaleza es inteligente y ofrece lo que se necesita en cada período, por lo que comer lo que está de temporada es una buena manera de mantener la salud y el equilibrio en el cuerpo.
Sobre la autora: Ana Bustos

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