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CANSADOS DE ESTAR CANSADOS

CLAVES PARA ENTENDER LA FIBROMIALGIA

Dolor generalizado, fatiga intensa, alteraciones del sueño y dificultades cognitivas, sin una causa física visible. Bien podría ser la definición de la fibromialgia o Síndrome de la Fatiga Crónica, dos condiciones que comparten síntomas y desafíos para el diagnóstico, y que afectan la calidad de vida de millones de personas en el mundo.

Aunque fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud en 1992, sigue siendo subdiagnosticada y, en muchos casos, mal comprendida. Se estima que afecta del 2% al 7% de la población mundial, y que las mujeres representan entre el 80% y el 90% de los casos, especialmente entre los 30 y los 50 años.

La fibromialgia es un trastorno de dolor crónico difuso que suele acompañarse de otros síntomas como alteraciones del sueño, ansiedad, depresión, sensación de hormigueo y fatiga persistente.
No existen marcadores de laboratorio específicos, pero hay patrones clínicos que nos orientan al diagnóstico.

¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL DE DIAGNOSTICAR?
El diagnóstico suele ser un proceso de descarte, ya que muchos síntomas se solapan con otras patologías como hipotiroidismo, artritis reumatoidea o síndrome de fatiga crónica. En el consultorio, el aumento de las consultas en los últimos años puede deberse a una mayor conciencia social y profesional sobre la enfermedad, aunque sigue siendo necesario generar más espacios de validación para quienes la padecen.

Si bien la causa exacta se desconoce, diversos factores pueden desencadenarla o agravarla:

-Estrés emocional o físico prolongado.
-Traumas físicos o psicológicos.
-Infecciones virales.
-Predisposición genética.
-Trastornos del sueño.

En muchos casos, la enfermedad puede aparecer después de un evento desencadenante como una cirugía, una infección, un accidente o desarrollarse de forma gradual.

El multitasking, el estrés crónico y la falta de descanso adecuado pueden actuar como factores gatillo o agravar los síntomas existentes. Por eso, es importante pensar en estrategias integrales para el manejo de la enfermedad.

No existe una forma específica de prevenir la fibromialgia, pero adoptar hábitos saludables puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad:

-Dormir bien y mantener una rutina de sueño.
-Reducir el estrés con técnicas de relajación o terapia psicológica.
-Realizar actividad física modera
da, como caminatas, yoga o tai chi.
Mantener una dieta equilibrada.
Llevar un registro de los síntomas para identificar desencadenantes.

¿CÓMO SE TRATA?
El tratamiento multidisciplinario mejora notablemente la calidad de vida.
Las opciones incluyen:

TERAPIAS COMPLEMENTARIAS: acupuntura, masajes, fisioterapia, tai chi, meditación.

PSICOTERAPIA: en especial, la terapia cognitivo-conductual para abordar el impacto emocional.

MEDICAMENTOS: analgésicos, antidepresivos según el caso.

La clave es un enfoque personalizado y la participación de un equipo de profesionales que incluya reumatólogos, fisiatras, psicólogos, kinesiólogos y nutricionistas.

Sobre la autora:
Dra. Lucía Zárate Reumatóloga
(MP 332760 // MN 108084).
de DIM CENTROS DE SALUD
Más en: www.dim.com.ar

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