Las puntas de cuarzo son únicas e irrepetibles. Sus seis caras simbolizan la perfección y el equilibrio, representan los seis chakras y la punta la elevación (chakra corona).
Estos cristales tienen la propiedad de trabajar como un espejo de nosotros mismos mostrándonos los procesos por los que estamos pasando. Siendo muy transparentes, con el correr del tiempo irán mostrando enturbiamiento desde la base, inclusiones dentro de su interior, arco-iris o fracturas internas.
Esto nos va a señalar por donde estamos transitando en nuestros procesos internos. Por ejemplo si estamos trabajando con la sombra se enturbian, si estamos llevando la sombra hacia la luz aparecen arco-iris, si estamos sufriendo cambios importantes en nuestra personalidad aparecen fracturas internas.
Para poder utilizarlos para el desarrollo de nuestro poder personal (no desde el ego sino desde nuestro ser interior) primero deben pasar por un proceso especial de limpieza, se los purifica, para luego programarlos con la energía del Sol y la Luna.
Esta programación los bloquea y sólo pueden ser utilizados para este fin. Trabajando primero el chakra del vientre (agua) para activar el chakra base (tierra). Si la base está cerrada sólo desde el vientre podemos activarlo sin esfuerzo. Una vez activados estos dos chakras trabajaremos el plexo solar (fuego) y su conexión con el corazón (aire) y el vientre.
Luego de un trabajo de meditación profunda con las puntas de cuarzo ya purificadas y programadas con la energía yin y yang, deducimos que el agua moldea la tierra; el fuego necesita del aire para expandirse y del agua para no proliferar sin control.
Incluir las puntas de cuarzo traslúcido en el trabajo de los chakras genera un gran beneficio en el equilibrio de los primeros cuatro chakras.
Sobre la autora
Marta Corral
Okhenita – Centro para el Desarrollo Interior
www.okhenita.com.ar
