La alergia puede perjudicar de muchas formas al paciente alérgico, durante el verano, ya sea durante las vacaciones al aire libre, en la playa, en el campo, en la montaña o eventualmente también puede complicar su tarea laboral o afectar su vida personal en la ciudad, si no toma vacaciones.
Las formas más frecuentes en que lo afecta son las siguientes:
Rinitis alérgica. Es la forma de manifestación inflamatoria generalmente estacional, de la alergia nasal. Los síntomas más frecuentes son los estornudos a repetición, la mucosidad nasal líquida (acuosa), el prurito (picazón) de nariz, enrojecimiento de ojos y el lagrimeo constante (rinoconjuntivitis), la obstrucción nasal característica de la llamada “fiebre de heno” del verano y la primavera, por reacción alérgica a las diferentes clases de polen y hongos.
Se contrapone esta rinitis estacional a la alergia nasal permanente o perenne, que afecta a los pacientes todo el año, deteriorando en forma apreciable su calidad de vida.
Sólo controlan los síntomas de la alergia nasal aquellos tratamientos que la tratan en forma integral, combinando las dos disciplinas médicas que se ocupan de ésta afección la Otorrinolaringología y la Alergia, integradas en un sólo bloque que potencia y optimiza sus logros aislados, aplicando conceptos diagnósticos y terapéuticos mini-invasivos láser, de última generación.
Asma bronquial. Es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, y afecta a una proporción de alrededor del 10% de los niños. Los síntomas del asma están producidos por una inflamación de la mucosa bronquial causada por una alergia a los ácaros del polvo, los animales domésticos, los hongos, el polen, etc. Generalmente es una afección crónica que afecta a los niños durante todo el año, pero que se reagudiza frecuentemente en el verano.
Las sustancias que más frecuentemente producen alergia a los veraneantes son los pólenes. El polen es el agente microscópico que habita en las flores de las plantas y mediante las cuales éstas se reproducen. Son poderosos agentes productores de alergia (alergenos), especialmente de la rinitis alérgica, que es el fenómeno mediante el cuál se manifiesta la alergia nasal. Algunos son transportados por el viento, especialmente las anemófilas que son polínicas; otras son llevadas por los insectos.
Alergia a la picadura de insectos. En el verano hay que tener en cuenta que éste tipo de alergia es muy frecuente, especialmente a los mosquitos. Su reacción local es la roncha que produce y que generalmente se controla con antihistamínicos.
La picadura de abejas y hormigas por el contrario, puede producir además de la roncha como fenómeno local, reacciones mayores a distancia como el shock anafiláctico, que en ocasiones requiere de la administración de corticoides o de adrenalina para neutralizar el peligroso cuadro que genera, ya que puede hasta llegar a producir la muerte en forma similar al provocado por el ataque de hormigas negras o coloradas.
El Síndrome del Auto Enfermo. Al igual que en los edificios, cuando no se realiza el mantenimiento correspondiente con la limpieza de los pisos con cloro y ocasionan síntomas de alergia nasal: obstrucción y secreción nasal acuosa, prurito o picazón nasal, estornudos y rinoconjuntivitis, el auto por la acumulación de polvo, bacterias y hongos, puede producir congestión e inflamación crónica nasal con estornudos, prurito y síntomas parecidos a los de la gripe.
Es un cuadro que afecta especialmente a conductores de taxi y de colectivos, pero también puede afectar al turista, al viajero o al veraneante alérgico,
Alergia debida al Aire Acondicionado. Cuando no se realiza la periódica limpieza de sus filtros, los aparatos climatizadores de ambientes pueden producir estornudos, tos seca, cansancio, fatiga, cefaleas, faringitis (inflamación de garganta) e irritabilidad. Es importante tener en cuenta ésta causa, que puede llegar a reagudizar el asma y arruinar cualquier viaje de turismo.
Sobre el autor
Dr. Miguel Lacour
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