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Alergia a animales domésticos de compañía (mascotas)

La Argentina es el país de América Latina con mayor porcentaje de animales de compañía en hogares constituídos, pudiendo contabilizar alrededor de 8 millones de perros y más de 2 millones de gatos.

Viven en  la Ciudad de Buenos Aires más de 450 mil perros que conviven con sus dueños, mientras que hay otros 20.000 perros abandonados que sobreviven en la vía pública.

Solo el 15% de los perros que viven con sus dueños están castrados, mientras que en el caso de los gatos el porcentaje es significativamente mayor, ya que casi el 50% de los dueños han esterilizado a sus mascotas.

En contraposición a éstos datos de nuestro país, solo el 20 % de los hogares europeos tienen gatos o perros como animales de compañía.
Según estudios realizados por científicos españoles, la sensibilización alérgica de las personas predispuestas está facilitada por la  estrecha convivencia de los animales domésticos con sus dueños.

Por alergia a los animales de compañía nos referiremos en adelante a la aparición de síntomas alérgicos en el ser humano, como resultado del contacto diario con sus mascotas.

Dicha afección es producida por alergenos (sustancias que producen alergia), que liberan histamina que es la sustancia que provoca los síntomas típicos de la rinitis y rinoconjuntivitis alérgica, asma bronquial o urticaria cutánea, según sea el órgano afectado.

Es importante destacar como causa del asma bronquial a la alergia provocada por el gato, que es más frecuente que la producida por el contacto con el perro, por ser éstos bañados más regularmente y por permanecer más tiempo fuera de los domicilios.

Estas afecciones también pueden ser producidas por cobayos, hámsters, pájaros, ratas y ratones de experimentación, aves de corral, caballos o ganado vacuno.
 El pelo de los animales no es en general el único factor que aisladamente da origen a la alergia, pues puede además acumular ácaros del polvo, polen y hongos, que  originan  a su vez diversas alergias. Cualquier animal que vive en una jaula (como pájaros o hámsters) produce, por otra parte, excrementos que atraen hongos y ácaros del polvo.

La alergia en el ser humano por contacto con animales domésticos es producida por las proteínas del pelo, la saliva o la orina de la mascota que producen una reacción alérgica que varían de una persona a otra, pero generalmente se manifiestan más frecuentemente en forma de dermatitis alérgica-piel-, conjuntivitis-ojos-,  rinitis-nariz- o asma-bronquios y pulmones-, según los diferentes órganos afectados. Las alergias de origen animal más frecuentes son la rinitis alérgica y la rinoconjuntivitis.

Los principales síntomas de las diferentes alergias de origen animal son los siguientes: congestión nasal y obstrucción nasal, dificultad para respirar a nivel del tórax, tos en crisis,  ronchas en la piel; prurito en nariz, ojos, paladar o piel; congestión y lagrimeo ocular (epífora), secreción nasal acuosa, dolor  sinusal, estornudos a repetición, falta de aire y silbidos en el tórax (sibilancias), urticaria o erupciones cutáneas y rinitis crónica, con resfríos a repetición.

Evitar estos alergenos de origen doméstico es a menudo difícil, puesto que provienen de  animales que conviven con sus dueños, pero que además también pueden ser transportados por gente que ha estado en contacto indirecto con los mismos. Cabe destacar al respecto, que los colegios son un importante reservorio de alergenos de origen animal.

Los alérgenos están contenidos en el epitelio y en las secreciones de los animales. El aumento en la frecuencia con que se observan las diferentes sensibilizaciones alérgicas, especialmente en el caso del asma bronquial, está relacionada con la forma de vida actual que produce una mayor exposición a los alergenos de origen animal en  la vivienda, en cuyo interior se pasa un tiempo más prolongado, lo que facilita la sensibilización de un número creciente de personas predispuestas.   

El diagnóstico lo realiza el médico especialista mediante un exhaustivo interrogatorio y un completo examen físico, que incluye pruebas cutáneas por Prick Test y/o  prueba de radioalergoadsorción (RAST) en sangre, para la medición de los anticuerpos IgE para cada alergeno específico.

Cabe mencionar que las pruebas cutáneas son seguras, rápidas, fiables y  tienen un costo menor que la evaluación RAST a través de análisis de sangre.

El mejor tratamiento consiste en evitar el contacto con la descamación de las mascotas, así como también con el polvo ambiental y con los hongos aerógenos.

Sobre el autor
Dr. Miguel A. Lacour
www.lacouralergianasal.com.ar 
www.roncarconapnea.com.ar 
Facebook: Dr. Miguel A. Lacour

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