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El yoga, nos lleva del cuerpo al alma, ida y vuelta

Esta práctica milenaria nos dice que  la edad del cuerpo está marcada por la flexibilidad de la columna vertebral. Las asanas ponen especial atención en su movimiento.

La columna vertebral es el eje de nuestro cuerpo. Constituye el soporte fundamental de nuestro esqueleto y protege parte del sistema nervioso central, la medula espinal, que corre por su centro.

Se encuentra conformada por 7 vertebras cervicales (cuello), 12 dorsales (tronco), 5 lumbares (cintura),  5 sacras, soldadas en un hueso único  y 4 coccígeas también soldadas  (glúteos). 

Unidas entre sí por articulaciones que cuentan con un disco fibroso que le otorga mayor flexibilidad y actúa como amortiguador, el disco intervertebral.

Vista de perfil presenta dos curvaturas convexas hacia adelante (cervical y lumbar) llamadas lordosis y dos convexas hacia atrás (dorsal y sacro coccígeo) llamadas cifosis, que son el resultado de adaptaciones de nuestro cuerpo para la bipedestación (posición de pie).

Volvamos al yoga, las asanas son posturas para permanecer confortable, con una correcta respiración y el pensamiento  atento. Cuerpo, mente y respiración convirtiéndose en uno.

Tadasana (postura de la montaña)
De pie con los pies separados unos cinco centímetros, pelvis relajada, abdomen abierto. Llevar la zona del plexo solar (boca del estomago) hacia el pecho, como si estirara suavemente hombros relajados. Mentón paralelo al piso, brazos estirados al costado del cuerpo con las palmas de las manos hacia el cuerpo. La mirada hacia adelante y abajo, observar la respiración sintiendo como ingresa y sale el aire del cuerpo. Permanecer unos instantes, mientras esté en asana y desarmar.
La columna posee los siguientes movimientos   
 a -flexión (lleva el tronco hacia adelante)
 b -extensión (lleva el tronco hacia atrás)
 c -inflexión (flexión y rotación lateral, lleva el tronco hacia el costado y abajo)
 d -rotación (lleva el tronco hacia  atrás en un plano horizontal).

Solemos necesitar prepararnos para llegar a realizarlas, para ellos nosotros trabajamos lo que llamamos pre-asanas, movimientos que se dirigen al lugar corporal que necesita trabajarse acompañado de respiración y concentración, que nos conducirán al asana.
Enfatizamos  lo importante de reconocer el estado de nuestra columna, que muy o poco flexible se encuentra, si posee o no una patología, si ha sufrido un trauma en el último tiempo.  Ningún movimiento, ni asana, ni ejercicio debe ocasionar dolor o agudizar un dolor, podemos percibir una exigencia al movernos, pero no dolor. 
Vivenciar la columna vertebral estando de parados, es el comienzo de la autoconscientización, del asana, del yoga. 

Sobre los autores
Ana Torres
Leo Valle
www.sistemaprema.com

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