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Actividad física y bioenergética

Las presiones sociales y el cuerpo

En el último tiempo se ha incrementado la demanda de actividad física. La gente busca verse bien, sentirse bien. También algunas personas comienzan a hacer ejercicio por prescripción médica.

Pero los excesos también pueden hacerse presentes en este área. Hay quienes tienen que llegar a sentir dolor o fatiga extrema para creer que lograron algo, sometiendo así al cuerpo a un excesivo stress, a un castigo.

Vivimos en una sociedad llena de presiones. Muchas veces ante la frustración de no estar a la altura de las exigencias sociales, la gente se propone ser “exitosa” en la actividad física sobreexigiendo su cuerpo. De esta manera pretenden vivenciar la ilusión del éxito. Es una forma de creer que en algún área de la vida se puede triunfar. Pero el problema es que esto se consigue la mayoría de las veces a costa de la salud.

Incluso hay quienes sólo logran sentir su cuerpo a través del dolor. La alienación en la que viven es tan extrema que el único contacto consigo mismos se consigue a través del sufrimiento. Y el cuerpo, cuando duele, nos está avisando algo.

La bioenergética

La propuesta de la Bioenergética es comenzar a escuchar estos avisos. No seguir adelante cueste lo que cueste. Parar y ver de qué se trata.

La Bioenergética es una forma de entender la personalidad humana en términos del cuerpo y sus procesos energéticos. Esto es: nuestro cuerpo tiene algo que ver con nuestras emociones. Hay una unidad entre cuerpo y mente.

Desde la Bioenergética hay toda una gama de ejercicios destinados a incrementar el contacto con nosotros mismos, desde la perspectiva de cuidar al cuerpo, no exigirlo hasta dañarlo, sino escucharlo y respetarlo.

El mundo actual exige a la gente que se parezca cada vez más a una máquina, y a la máquina que sea cada vez más humana. Esto obliga a las personas a dejar de sentir, de sentirse y a intentar funcionar no como un cuerpo vivo, sensible, sino como un mecanismo frío e inerte. Esto se refleja muchas veces en la actitud de las personas en el gimnasio: están más pendientes de llegar a cierta meta en función del aparato, cueste lo que cueste, que de prestar atención a la sensación de cansancio o fatiga. Es cierto que todo logro conlleva un esfuerzo, pero socialmente no estamos entrenados en diferenciar cuándo estamos realizando un esfuerzo sano para lograr un objetivo, y cuándo esta presión es desmedida y nos estamos dañando. Las lesiones aparecen en mayor medida cuando el cuerpo está en tensión.

Desde la Bioenergética hacemos ejercicios específicos que nos ayudan a conectarnos con nuestro cuerpo, a sentirlo y a escucharlo. La idea no es abandonar la actividad física, sino realizarla aprendiendo a respetar las señales del cuerpo.

El dolor, la bronca, la tensión

Todo dolor tiene algo para decirnos. Puede estar avisándonos que hay que parar, hacer un descanso. Asimismo, puede significar que allí hay una tensión.

La gente se queja generalmente de diversos dolores: cervicales, cabeza, entre las escápulas, lumbares, rodillas, gemelos. La Bioenergética nos acerca a tomar conciencia del cuerpo y de las emociones. El cuerpo y la mente son igual de importantes, no trabajan separados, trabajan juntos.

Muchas veces hay emociones retenidas en el cuerpo. Broncas, angustias, frustraciones. Aparecen como dolores corporales. La Bioenergética propone escuchar este dolor. Parar y ver qué sucede. Si el dolor está encubriendo una bronca, hay ejercicios específicos para descargarla y elaborarla sin hacerse daño.

Y como la Bioenergética es también una forma de terapia, la propuesta es doble:
-expresar la bronca para que no quede alojada en el cuerpo, pero sin dañarse
-trabajar aquella situación que nos provocó esa sensación, ese malestar.
Desde estos dos lugares es que nos acercamos a lo que nos pasa.
La Bioenergética es una forma de entender las cosas y a la vez es un tipo de terapéutica que, a través de ejercicios específicos y de la respiración intenta llegar a discernir qué está pasando, dónde está el problema, y no “aguantar” sino resolver. No tapar lo que nos pasa sino abrirlo, expresarlo y resolverlo.

Broncas, temores, angustias son algunas de las emociones que aparecen día a día. La propuesta es hacer algo con ellas, algo diferente a lastimar el cuerpo.

Cuando tapamos lo que nos pasa, sin escucharnos, corremos el riesgo de dañarnos, de seguir cuando el cuerpo necesita parar, de lastimarnos. Y no logramos nada bueno. Porque finalmente el cuerpo dice “ basta”, a veces de la manera más dramática. Y allí no nos queda otra que parar, pero en muchos casos es demasiado tarde. Lesiones y enfermedades nos pueden inmovilizar.

Elementos de la bioenergética

La respiración es importantísima, ampliar la respiración es ampliar el caudal de vida que hay en nuestro cuerpo, por lo tanto, sentirnos más vivos. Una respiración más profunda permite aumentar la producción de energía en nuestro cuerpo. Respirando mejor estaremos efectivamente mà vitales, con mayor cantidad de energía disponible para la vida.

Otro elemento fundamental de la Bioenergética es la Vibración. Hay momentos en la vida que uno se da cuenta de que està vibrando. De emoción, de satisfacción. En la sexualidad, en un encuentro, ante una buena noticia, cuando gritamos un gol. La Bioenergética nos ayuda a conectarnos con esta vibración que es nuestra pulsiòn de vida, hacièndola llegar a todos los rincones de nuestro cuerpo, para sanarlo y a su vez expandir las posibilidades de llevar una vida màs ìntegra, màs placentera y màs gozosa.

Y el tercer elemento clave tiene que ver con el enraizamiento. Hoy en dìa muchas actividades nos llevan a aislarnos de la realidad, ya sea en el trabajo e incluso en el gimnasio. Muchas veces se usan audífonos para aislarse del resto, para no ver al otro, para que nadie se acerque “a molestar”. Nuestra propuesta tiene que ver con abrir los ojos, con conectarse con el otro y afianzar asì nuestro lugar en el mundo. Sentirse a si mismos y sentir al otro.

Bioenergética y deporte

La propuesta es incluir la Bioenergética para tomar conciencia del cuerpo. Para cuando alguien haga deporte, sepa hasta dònde. El cuerpo permanentemente da señales. Si nos duele el cuello es por algo, entonces, ¿por què seguir? ¿por què no parar? Si uno trabaja concientemente sobre uno mismo, puede quitar ese dolor. Pero no por la fuerza, ni negándolo. La idea serìa “preguntarle” al dolor què le pasa, y desde allì intentar resolver sus causas. Este dolor puede tener una raìz emocional, o puede deberse a un mal desarrollo de la actividad física.

La bioenergética ayuda a desarrollar un mejor deporte. Para que cada uno sepa parar, reconocer sus lìmites. Y no descargar en el cuerpo las emociones negativas, sino trabajarlas para usar esa fuerza en el propio beneficio, no en dañarse.

La propuesta es disfrutar del movimiento, que no se vuelva un castigo para la persona.

Las tensiones corporales pueden tener una raìz emocional, el terapeuta bioenergético està capacitado para ver què hay detrás de cada tensión y trabajar sobre eso, para poner cada cosa en su lugar, resolver cada cosa donde hay que resolverla y no lastimar al cuerpo con cosas que nada tienen que ver con èl, pudiendo de esta manera llevar una vida màs plena, aprendiendo a conocerse y a disfrutar de la vida.

Sobre el autor
Lic. Norma Litvin – Psicóloga – C.B.T. del Instituto Internacional de Alexander Lowen
Directora de BIOESCUELA
Victor Palomba. Prof. Nac. Educ. Fìs.- Coordinador Grupal Bioenergético.
Lic. Mariana Litvin-Psicòloga-Bioenergetista – Docente de Bioescuela
bioescuela@gmail.com

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