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La fatiga crónica en los profesionales de la estética y la salud

Es habitual hacer referencia a diversas discapacidades y malestares, momentáneas o ya instaladas en forma crónica, como causa de alteraciones en el rendimiento del trabajo profesional en diversas áreas. Esto suele incrementarse en importancia, cuando el profesional debe actuar en relación directa con su cliente y/o paciente, ya que no solo debe actuar con eficiencia sino que debe transmitir una imagen de equilibrio psicofísico personal, lo cual no siempre es posible.

El tema de la fatiga crónica tiene correspondencia con los estadios finales de la evolución del estrés, tema tan candente en estos momentos que podríamos decir que es una de las causas mas frecuentes de irregularidad en las tareas desempeñadas, llegando a aumentar el ausentismo laboral y produciendo déficits en todos los niveles, incluyendo el económico propiamente dicho.
Cuando el estrés llega a su límite compatible con la actividad, cualquiera que ésta sea, se instala la fatiga crónica preanunciando trastornos mas graves, a menudo irreversibles.

Para aclarar un poco el tema del estrés y su pasaje a la fatiga crónica, haré una breve referencia al significado del “síndrome general de adaptación” (SGA), que se ocupa de los cambios físico- químicos producidos en el organismo por mecanismos defensivos encargados de favorecer el equilibrio funcional psico – físico.
El estrés es una condición normal de la vida, tanto que podemos mencionar la existencia de un estado saludable de estrés, aludiendo a todo lo que hacemos para mantener la salud, el equilibrio, el rendimiento, adaptándonos con facilidad a las situaciones cambiantes de cada momento.
Cuando este mecanismo falla, surge la enfermedad, mostrando el desequilibrio entre los estímulos que recibimos, los efectos que nos producen y las reacciones defensivas de nuestro organismo.

En el estrés pueden distinguirse varias etapas:

– Reacción de alarma: un trabajo intenso y/o prolongado, frío, miedo, dolor, infecciones, traumatismos, estimulan el sistema nervioso central que a su vez activan la médula suprarrenal, liberando adrenalina como hormona de emergencia. Esta secreción cumple varios efectos:
1. Estimula la actividad cardíaca,
2. estimula la contracción muscular, 
3. aumenta el contenido de glucosa en sangre, 
4. aumenta los ácidos grasos libres en sangre,
5. aumenta la profundidad respiratoria,
6. inhibe la función intestinal. 

– Reacción de adaptación: las hormonas actúan compensando los estímulos para adaptarlos al medio interno, a través de procesos químicos, nerviosos, y sobre las otras glándulas produciendo secreciones reguladoras.

– Reacción de agotamiento: la corteza suprarrenal aumenta de tamaño segregando corticoides que tratan de aumentar la energía, pero si el proceso se prolonga llevan a otros efectos de esta etapa, como la atrofia del timo, disminución del nivel de inmunidad, producción de úlceras gástricas y duodenales.

Cuando se ha entrado en la etapa de agotamiento, tenemos instalado el síndrome de fatiga crónica, y el paciente suele presentar contracturas musculares estructuradas a modo de corazas, que se manifiestan como un “achicamiento” del cuerpo, que aparece como encogido, en un esfuerzo por defenderse de las agresiones del medio.

En este momento aparecen diversas manifestaciones emocionales asociadas a las corporales, como por ejemplo:
– Tensión: los estímulos que tratan de imponerse con fuerza en el organismo, provocan una reacción defensiva mediante la contracción de todos los músculos viscerales, cardíacos y esqueléticos, procurando reacciones movilizadoras que desestructuren la defensa. Cuando este resultado no se logra, la tensión sostenida lleva al agotamiento, el cansancio o fatiga crónica, y diversas discapacidades invalidantes en mayor o menor grado. Un ejemplo son las raquialgias, dolores intensos a lo largo de la columna vertebral, consideradas como resultado de la imposibilidad de descargar tensiones por las vías musculares adecuadas, creando angustia por la confrontación con los conflictos relacionados, en parte, por inhibición de la energía genital. La neurosis lleva a contracturas musculares dolorosas, paratonías y sincinesias que culminan en la raquialgia. Fisiológicamente, se consideran síntomas de hipertonías musculares, con complicaciones articulares, neuritis, etc. 

– Ansiedad: la gran tensión induce a buscar alivio a través de desviar la atención, para lo cual suele recurrirse a fumar, masticar chicle, practicar un deporte, beber, bailar, hacer el amor. Las personas ansiosas que recurren a estas actividades suelen hacerlo compulsivamente, con lo cual no reciben beneficios compensatorios apreciables. 

– Angustia: a medida que avanza el proceso, los síntomas se van complicando, aparecen nuevas manifestaciones, y la angustia se instala con su carga psicosomática, debiendo a veces recurrir a la consulta psiquiátrica. La amenaza a la supervivencia es un cuadro muy frecuente en esta época Y EXPLICA POR QUÉ TENEMOS FATIGA CRÓNICA. 

El día 12 de mayo se celebra el Día Mundial del Síndrome de Fatiga Crónica que la Organización Mundial de la Salud clasifica como enfermedad del sistema nervioso, con sensación de agotamiento físico y mental, y una gran cantidad de síntomas que caracterizan a cada persona.
Este mal se llama, en Estados Unidos, “encefalitis miálgica” y según las estadísticas, afecta mas al sexo femenino.

A pesar de su complejidad aparente, que según algunos informes recientemente publicados, dificultan el diagnóstico y tratamiento de la fatiga crónica, este síndrome es el estadio máximo de estrés al que puede llegar un individuo antes de entrar en un estado de colapso vital.
El tratamiento debería ser aplicado antes de llegar a ese extremo, cuando aún hay capacidad de recuperación de los estados de cansancio, la dificultad para concentrarse, los dolores musculares persistentes y recurrentes, el sueño no reparador, el dolor en las articulaciones, las distonías orgánicas ( digestión, respiración, circulación, etc.) y los trastornos psíquicos.

Los profesionales de las áreas de la salud y la estética afrontan esas dificultades duplicadas, ya que deben agregar las manifestaciones que presenta su cliente / paciente a las suyas propias, lo cual ya de por sí representa un gran desafío.

Entre las propuestas profilácticas y terapéuticas empleadas en la Unidad Kinésica Integral, figuran las siguientes:

• Masajes de relajación , masajes reflejos, masaje transversal profundo
• Ejercicios respiratorios,
• Gimnasia conciente correctiva
• Manipulaciones articulares liberadoras de tensiones,
• Empleo de estimulación magnética transcraneal,
• Visualizaciones y meditación,
• Aromoterapia,
• Terapias vibracionales florales
• Técnicas de relajación conciente .
• Yoga terapéutico
• Reflexología integrativa
• Digitopuntura

El tratamiento conjunto tradicional, basado en la farmacología que el médico considere adecuada para cada paciente, sumado a la aplicación de las técnicas mencionadas seleccionadas también según lo requerido, nos permite obtener rápidos resultados en personas en estadíos iniciales de estrés, y una recuperación lenta y progresiva en estados de fatiga crónica avanzada. 

Como ejemplo práctico de algunas de las terapias empleadas, me referiré a la relajación consciente, que utiliza la integración del complejo psicosomático para obtener un estado de equilibrio mental y corporal, a partir del cual procuramos corregir los trastornos motores.
Entre los efectos obtenidos mediante una práctica continuada, fácil de realizar por el propio paciente en el horario que le quede cómodo y en su propio domicilio, podemos destacar los siguientes:
• Recuperación rápida de estados de fatiga,
• Mejoría general del funcionamiento orgánico y los trastornos originados por la tensión psicofísica, 
• Aumento de la energía física y mental,
• Descubrimiento de estados subjetivos de percepción interna,
• Posibilidad de concientizar los cambios que se van produciendo a lo largo de la práctica. 
• Identificación del paciente con su respiración y movimientos, manteniendo la máxima atención. 

Ejercicio de toma de conciencia interior a través de la respiración: 

Posición: acostado boca arriba, piernas extendidas relajadas, brazos extendidos a los costados del cuerpo.

Etapas:
• Sentir el aire penetrando en las fosas nasales, tratando de percibir la vibración del aire, la temperatura, obstáculos que retrasan o impiden el avance del aire.
• Seguir el avance del aire hacia la base del cráneo donde estimula la glándula hipófisis, y su descenso hacia la laringe, tráquea, bronquios.
• Imaginar la entrada y difusión del aire en los alvéolos pulmonares, el intercambio con el aire estancado en ellos, y su renovación.
• Registrar los movimientos de la caja torácica a medida que entra el aire, la elevación de las costillas, los movimientos de los músculos , observando la presencia de dolor, tensión, fatiga, relajación. 
• Prestar atención a la participación de las otras regiones del cuerpo en las distintas etapas de la respiración, para detectar tensiones, contracturas, limitaciones, etc.
• Observar si aparecen sensaciones subjetivas de angustia, deseos de llorar, liberación, emociones placenteras, para aprender a controlar su efecto sobre el cuerpo.
• Seguir el aire desde su salida de los pulmones hasta las fosas nasales, que lo vuelcan al medio ambiente. Tratar de visualizar la calidad de ese aire, su color, su temperatura, densidad, comparándolo con el aire inspirado.

A medida que se avance en la práctica, se incorporarán movimientos en los distintos segmentos el cuerpo, acompañando el ritmo respiratorio, tratando de distender los músculos, aflojar las articulaciones, aumentar los ángulos de movimiento, recuperando la agilidad y elasticidad propias de un estado de relajación global.

Sobre el autor
Lic Susana Berman
Directora de Uki
Unidad Kinèsica Integral
uki@uki.com.ar

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