Jueguen con la elegancia, la sensualidad, la gracia y la picardía. Entréguense a la música y dejen que la sabiduría del cuerpo las dirija. La edad no es un límite.
Este es un tiempo donde la subjetividad se percibe en último plano. El estrés, ataques de pánico, insomnio, aislamiento, trastornos de alimentación (entre otros) se encuentran presentes en nuestra sociedad de manera alarmante. Donde las mujeres debemos ser flacas, simétricas, exitosas, jóvenes, poco emocionales, etc.
Son frecuentes los casos en los que el gimnasio se vuelve una actividad automática donde el primer objetivo es tratar de encajar en los estereotipos de belleza de nuestra cultura. En estos casos lejos estamos de reconciliarnos con nuestro cuerpo, lo conveniente es armar un espacio de actividad física conciente, cuyo único fin no sea adelgazar, endurecer, reafirmar, sino explorar el cuerpo y su expresividad.
La danza flamenca permite a la mujer jugar con la sensualidad y la gracia femenina, en un cuerpo real. Permite mejorar la postura, la prestancia, el andar y además es un excelente ejercicio aeróbico, por lo que conlleva a una mejora física general y recomendable para cualquier edad.
Lo femenino en la tercera edad
Es muy común que las mujeres en la tercera edad se relacionen con su cuerpo desde las enfermedades. El cuerpo se siente frágil y se acompaña de cambios hormonales que conllevan altibajos emocionales. Son muchas las modificaciones psicológicas de esta etapa y esto puede devenir en un desconocimiento del propio cuerpo y aislamiento. El trabajo de la mujer en este periodo de vida consiste en “re-conocerse” adaptándose a los cambios y poniendo en funcionamiento la sabiduría que sus años le han dado.
El baile le permitirá, en esta etapa especial, comunicar lo que desea utilizando el cuerpo y disfrutar de si misma.
Cualquier persona puede, mediante el aprendizaje de movimientos sencillos, transmitir significado y fomentar nuevos lazos sociales.
Sobre la autora
Lic. Cecilia Belmonte. Psicóloga (M.N.: 43487)
ceciliabelmonte@hotmail.com